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Les habían dado la opción de partir esa misma tarde o quedarse y partir al día siguiente.

Aunque Ilvermorny era un lugar increíble, lo último que quería el equipo era seguir a lado con los de Durmstrang. Fue por eso que cuando escucharon que los del equipo de Durmstrang se quedarían, ellos decidieron irse. Para evitar problemas porque sabían que todo el equipo estaba volátil.

Lo unico que hicieron fue cambiarse rápidamente de ropas y bajar hasta donde los esperaba Orlando. No querían demorar mucho, además de que los golpearía duro el cambio de horario.

― ¡Felicidades! ― exclamo Orlando, que aún seguía con los colores de Hogwarts puestos. Parecía bastante entusiasta, saco una bolsita agitándola ―. Me gane varias monedas por ustedes ¡Gracias! Es una lástima que se tengan que ir.

― Nos hubiera gustado quedarnos más tiempo ― comento RM, tratando de que no se notara lo apurados que estaban ―. Sin embargo, nos dimos cuenta que los cambios de horario son la peor cosa que nos pudo haber tocado. Es muy pesado y más cuando hay partidos importantes. Queremos irnos hoy, para que mañana la pasemos descansando allá y despues estar bien para el partido.

― Comprendemos ― dijo Orlando, sin perder su radiante sonrisa ― ¿Pueden acompañarme al comedor? Los alumnos quieren despedirse de ustedes.

Los muchachos asintieron caminando detrás de Orlando que los dirigía ¿Qué otra les quedaba? Debían ir a despedirse tan siquiera. Debido a los problemas con Durmstrang, estaban un poco sensibles. Por eso parecían todos más callados de lo normal.

No esperaron que les cayera una lluvia de serpentinas cuando entraron o gritos de victoria. Desde que entraron todos los empezaron a felicitar porque se sentían emocionados y contentos por cómo se desarrolló el partido, comenzaron a intentar entablar conversaciones y los querían aludir para que se quedaran otro día allí en Ilvermorny, sin embargo ya habían tomado una decisión y no podían cambiar de opinión. Mucho menos cuando la otra escuela ya había sido avisada.

― ¡Por favor, jóvenes! ― exclamo el director de Ilvermorny acercándose entre el gentío ―. No atosiguen a los jóvenes de Hogwarts tienen un viaje por delante, debemos entenderlos. Jóvenes, nos ha dado gusto que estén aquí.

― Para nosotros ha sido un honor poder conocer su hermosa escuela ― comento Tae, para que RM no tuviera que estar hablando por todos.

― Como regalo especial serán llevados por las aves trueno hasta el traslador ― les explico el director, sonriendo ―. Es todo un honor, que han accedido a otorgarles los jóvenes de Ilvermorny, por no haber creído en ustedes. Ahora tienen todo el apoyo de Ilvermorny para su próximo juego, muchos esperan que si no es Ilvermorny se han ustedes los que ganen.

― Agradecemos mucho todo lo que han hecho por nosotros ― dice Jin, interviniendo también ―. Lamentamos tener que irnos, pero es necesario. Va a ser muy pesado el cambio de horario otra vez.

― Los entendemos, jóvenes, mucha suerte ― dijo el director antes de buscar a alguien entre la multitud ―. Orlando, por favor, lleva a los muchachos hasta las aves.

― Por aquí por favor ― indico Orlando, haciéndose camino entre los alumnos de Hogwarts que se despedían, incluso muchos pedían sus autógrafos.

Se dirigieron hasta el campo de Quidditch donde había siete aves trueno, en seis de ellas iban montados jinetes. Tae, se sintió algo perdido cuando escucho los gritos de Ilvermorny, cantando Hogwarts mientras más se acercaban a las aves.

Disfruto la vista que le otorgaban las nubes que protegían a la escuela. El fresco aire con olor a pino le lleno los pulmones y se giró para ver una última vez el precioso castillo de Ilvermorny.

Quidditch (BTS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora