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El único que pareció disfrutar del viaje fue Jimin, quien emocionado se deslizo del increíble animal y le acaricio la cabeza

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El único que pareció disfrutar del viaje fue Jimin, quien emocionado se deslizo del increíble animal y le acaricio la cabeza.

Al parecer ellos no eran los únicos sorprendidos por la osadía de Jimin, sino también las personas de Mahoutokoro, quienes parecían genuinamente impresionados por la forma en que el animal se comportaba con Jimin.

— Bienvenidos a Mahoutokoro — saludo una chica amable. Llevaba una vestimenta de color verde. Los siete miembros del equipo se giraron a ver el imponente palacio al cual se podía acceder por unas escaleras. Era algo tan precioso y elegante —. Mi nombre es Minaka Iwamoto, será quien se encargará de su estadía en nuestra escuela —. La chica se alzó de puntas para ver a Jimin quien seguía acariciando al ave —. Por lo que veo, su amigo posee talento natural para las criaturas, los paiños no siempre se dejan acariciar por extraños. Por favor, síganme.

Jimin algo triste se alejó del animal y siguió a sus compañeros. Llevaban los uniformes de Hogwarts así que era fácil diferenciarlos. La chica los guio por las escaleras hasta entrar a un enorme recibidor que tenía escaleras de madera a los costados y varios balcones por donde se veían a estudiantes mirando con curiosidad a los chicos de Hogwarts.

— Al parecer los chicos de Castelobruxo se han retrasado, por lo que usaran ustedes primero el campo para entrenar — les explica Minaka, luego comienza a subir por unas escaleras —. Aquí nosotros no tenemos comedor, un elfo domestico lleva las comidas hasta sus habitaciones donde pasamos la mayor parte del tiempo con los estudios. Cuando nos quieren dar un anuncio se toca una campana y todos los estudiantes nos dirigimos al campo de Quidditch. Por lo tanto, cuando terminen su entrenamiento deben volver a sus habitaciones, en la mañana vendré para llevarlos hasta el campo de Quidditch para que tengan tiempo de descansar ¡Tuvieron suerte! Tendrán su propia ala que tiene ocho habitaciones.

La chica los dirigió hasta el quinto piso donde abrió una puerta que daba a un pasillo con ocho puertas.

— Pueden elegir las habitaciones que quieran — les explico la chica, caminando hacia una de las primeras puertas y la deslizo —. Es sencillo solo un escritorio, una cama y un pequeño baño para hacer sus necesidades. Mañana les podría dar un tour, aunque no hay mucho que ver para serle sincera.

Ella salió y les indico que pasara.

— El campo de Quidditch estará desocupado hasta que escuchen dos campanadas. Bajan por las mismas escaleras por las que subieron y se van todo derecho hasta llegar a los enormes aros — explico la chica, luego hizo una inclinación —. Les sugiero vayan de una vez.

Luego la chica se fue cerrando la puerta corrediza que daba al pasillo.

— ¿Soy yo o parece que no quisieran que conociéramos mucho de su palacio? — comento Jin, que traía su bolso sobre su hombro izquierdo.

— No tengo idea — comento Namjoon, para luego soltar un suspiro —. Es hora, vayan a cambiarse para ir a entrenar.

Namjoon sabía que ese entrenamiento seria duro, porque pensaba hacer ejercicios, pero tampoco que los desgastaran del todo. Se dirigió a la primera habitación a su izquierda, ya que los demás habían buscado las que más les gustaba. Se metió y dejo su bolso a un lado, tenía que cambiarse para entrenar.

Quidditch (BTS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora