Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ₄﹕ Uɴ ɴɪɴ̃ᴏ ʙɪᴄᴏʟᴏʀ

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Eran alrededor de las 5 de la tarde y tú estabas en la biblioteca, leyendo un libro. Estabas matando el tiempo hasta que dieran las 6:30 de la tarde para que pudieras irte.

Se supone que el chico este vendría a las 4 para comenzar con las tutorías, pero él ni siquiera se tomó la molestia de venir. A ti realmente no te importaba mucho, tampoco es que estuvieras esperanzada con que cumpliera, al menos después de la actitud que tomó cuando le sugirieron tener tutor.

Lo único que te molestaba un poquitín es que te hicieran perder el tiempo, pero bueno, podías entretenerte leyendo un libro que es lo que estabas haciendo.

Seguiste leyendo libro tras libro hasta que tu reloj sonó marcando las 6:30. Te levantaste de tu lugar y saliste de la biblioteca. Luego caminaste por el pasillo hacia la salida de la escuela.

Saliste de la escuela y caminaste hacia la estación de autobuses, de dónde tomaste un autobús para ir a tu casa.

Al día siguiente, al finalizar las clases, nuevamente el director te llamó a llamar a su oficina. Esta vez no estaba ni la chica y chico de pelo blanco, solo la señora.

— Creo que es evidente a que ha venido la señora Todoroki, (Apellido)-san — comentó el director una vez te sentaste.

— Sí, me imagino bien — respondiste mirándola, pero ella parecía perdida en su cabeza. Su cabello se veía un poco descuidado a pesar de que parecía que se lo había tratado de arreglar. Sus ojos se veían más cansados que la última vez y podías notar que de vez en cuando sus manos temblaban.

— Señora Todoroki — la llamó el director. La mencionada parpadeó y se giró a verte.

— (Apellido)-san, una disculpa porque mi hijo no se haya presentado el día de ayer. Sufrió unos inconvenientes — habló la señora Todoroki con un tono de voz dulce.

— Por eso, quería pedirte personalmente que fueras a darle las tutorías a la casa de la señora Todoroki — dijo el director, — Al menos esta semana, sería de gran ayuda que lo hicieras.

Miraste de nuevo para ver a aquella mujer. Estabas segura que había dicho o hecho algo como para que por arte de magia el director te pidiera eso, sin embargo, la viste y no viste ningún tipo de maldad o mala intención en sus facciones. A menos que fuera muy buena actriz.

Suspiraste.

— Iré con gusto. Hoy a las 4 de la tarde — añadiste. La mujer te sonrió con dulzura y el director sonrió complacido.

Después de eso, saliste de la escuela junto con la señora Todoroki, quien amablemente te ofreció de una vez llevarte a su casa. Aceptaste su oferta, no sin antes avisarles a tus padres y a tus amigas por si te pasaba algo ya sabían a quién culpar.

El auto que casi te atropella se estacionó frente a ustedes dos.

— Por favor entra — pidió la peliblanca y te abrió la puerta de los asientos de atrás. Hiciste lo que te pidió. El interior del auto se asemejaba más a una limosina en menor tamaño. Ni siquiera sabías donde sentarte así que optaste por sentarte del lado izquierdo del auto.

— En un momento, salen Touya y Fuyumi — anunció la de pelo blanco. Asentiste.

— Uh...una pregunta ¿Cuál es su nombre? — preguntaste.

— Me llamo Rei — respondió, — Todoroki. Rei Todoroki.

— Mucho gusto, Rei-san

— Igualmente (Apellido)-san ¿o prefieres que te llamé por tu nombre?

— Como guste, no me importa mucho.

Unos cuantos minutos, aparecieron el chico de pelo blanco y la chica de pelo blanco con sus mochilas. Ambos subieron al auto. Ambos se sorprendieron por tu presencia, más el chico.

Incluso si no me amas; DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora