— Hace frío, mami — te dijo Yuma. Lo único que hiciste fue presionarlo aún más contra tu cuerpo antes de seguir caminando entre el boscaje.
La noche era tan fría como un tempano de hielo. Tus piernas estaban temblando y tu cabello no paraba de moverse por la ventisca. Los árboles se movían junto con las hojas secas del otoño reciente. El bosque era un lugar sombrío y alejado, aunque desconocías que tan alejado del mundo estaba.
Seguiste caminando entre la oscuridad por unos minutos. Habías estado corriendo durante dos horas aproximadamente, dejando la casa en donde te mantuvieron cautiva por más de tres años y simplemente fue instintivo correr hacia donde creías conveniente.
Desconocías si Toga se había despertado y ya había alertado a Dabi y a la liga. Esperabas que no, puesto que sería más fácil para ellos encontrarlos a ustedes. Se habían vuelto fuertes después de que Tomura Shigaraki se juntara con el Frente de liberación paranormal y tomará aliados de todos los rincones de esta metrópolis. Tenía ojos y oídos en cualquier sitio en este país.
Por eso, el sentimiento de tranquilidad se estaba volviendo más tortuoso.
— ¿En dónde estamos, mami? — murmuró Yuma contra tu pecho. — Papi se enojará conmigo.
— No te preocupes, cielo. Papi entenderá que teníamos que irnos porque estabas enfermo.
— No lo...creo
El viento dispersó la tranquilidad de tu perturbada alma, que se vio aterrada ante la presencia de murmullos cerca de ambos. Te viste obligada a esconderte en uno de los arboles más cercanos, entre las ramas y las hojas del suelo.
— Guarda silencio, cielo — le pediste amablemente mientras acariciabas su melena rojiza. Yuma solo soltó un quejido mientras mirabas por todos lados en busca de la fuente del ruido. Sin embargo, no tardaron en aparecer dos personas entre la obscuridad. Una de ellas era un mutante y el otro te recordaba demasiado a la desdichada Rei Todoroki.
— ¿Y bien? — preguntó el de cabello blanco. — ¿Seguiremos caminando hasta topar con la ciudad?
— Nos mandaron a encontrarla — dijo Spinner. — Fueron órdenes directas de Tomura.
— No entiendo que tiene de especial un ex heroína con un quirk tan básico como el suyo — comentó Geten. Spinner se detuvo unos cuantos metros detrás de tu árbol y se giró hacia el peliblanco.
— Por lo que se, para Dabi le ha servido de mucho — añadió. — Además es la madre de su único hijo.
— ¿Y eso qué? Él podría agarrar cualquier otra mísera mujer de las miles que hay en el país y ponerla de incubadora de igual forma. No habría diferencia.
— (Nombre) es especial — admitió. — Si no lo fuera, Dabi no la habría mantenido cautiva tanto tiempo.
— Mami, tengo hambre — susurró Yuma. Siseaste para que guardara silencio, pero Spinner pareció oírlo ya que los pasos se acercaron cada vez más hacia ti. Sin pensar mucho, te pusiste de pie, lista para en cualquier momento salir corriendo o darle un buen golpe al cara de lagarto.
Solo fue suficiente que asomará su hocico para hacer que tus reflejos tomaran el control de ti y le dieras un buen puñetazo en la cara. Después le diste una patada en las piernas con una velocidad que solo en tus años activos como heroína hubieras podido logar y eso provocó que se derrumbará sin la posibilidad de esquivarlo.
— ¡Detente, mujer! — gritó Geten, activando su quirk.
Una pared de hielo se produjo debajo del pie del peliblanco que se dirigió hacia a ti con una gran velocidad. Saliste corriendo lo más rápido que tus piernas y el peso de tu pequeño hijo te permitía. Estaba claro que ya no poseías la misma condición física de tus años dorados, pero como bien dice la gente, lo bien aprendido nunca es olvidado.
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Incluso si no me amas; Dabi
Fanfiction- ❝En dónde tienes un hijo con Dabi❞ O - ❝Eres la nueva tutora de Touya Todoroki❞