Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ¹⁹:Pʀᴏʜɪʙɪᴅᴀ.

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Nota: Sé que en capítulo anterior, dije que no iba a ver trío... pero no se
confundad. Es una historia de Dabi 😭

Tomura Shigaraki era un sádico en toda su expresión

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Tomura Shigaraki era un sádico en toda su expresión.

En su primer encuentro, Tomura fue más suave e incluso tierno. Era virgen, al parecer. Se tomo su tiempo para realizar todo, pero quizas eso se debia Tal vez fue porque All for One no había tomado posesión de su mente y de su cuerpo.

Había adquirido cierto placer por verte llorar y escucharte decir que lo odias. Le excitaba tanto que te resistieras a él, que no te sometieras a pesar de que tan solo con un toque podría acabar con tu vida, tus miradas de desdén y el hecho de que fueras prohibida.

Claro que eso era en teoría.

— ¿Me odias? — te preguntó, jadeante —. Quiero escucharte decirlo. Vamos, maldita sea.

Su pelvis impactó con fuerza contra tu entrepierna mojada. Su polla se hundió más en ti, moldeando las paredes de tu útero alrededor de su longitud. Jadeaste.

Te tapaste la boca con tu mano mientras que tus lágrimas amenazaban con salir de tus ojos. El asco era inmenso, pero tu cuerpo no estaba reaccionando a tu sentir.

Tu corazón se hundió cuando cayó en cuenta que en realidad, no tenías una vía de escape y no habría fin.

Una situación sin fin.

Sin embargo, tomaste el valor desde lo más profundo de tu pecho y lo miraste con rabia y rencor.

— No sabes cuando te odio. Espero que encuentres el final más asqueroso y te coman vivo las ratas — exclamaste con la voz clara y concisa antes de ahogarte en un sollozo.

Tomura dejó salir un gruñido de satisfacción desde lo profundo de su tráquea. Luego sonrió complacido, como un desquiciado.

Siguió embistiendote con más fuerza que antes. El choque de carnes y los sonidos húmedos eran demasiado sonoros para ti. Se podia decir que incluso vergonzosos. Solamente esperabas que ni Dabi ni Yuma pudieran oír nada.

Te tomó por el pelo y lo jaló con fuerza. Sus dedos se clavaron en tu cuero cabelludo mientras el vaivén iba en aumento.

— Odiame, (Nombre) — ordenó cerca de tu rostro —. Quiero que me odies tanto como yo te deseo.

Posó sus labios resecos sobre los tuyos en un hambriento beso mientras que sus caderas seguían moviéndose de atrás para adelante en un -ahora- violento vaivén. Tu vulva se tensó por el orgasmo que te golpeó y tus paredes se contrajeron alrededor del miembro de Tomura.

Se separó de ti para morderse los labios con fuerza ante la sensación tan explosiva.

— Afuera, por favor...— chillaste aun con la mente sobre las nubes.

Tomura ignoró tu petición y se derramó dentro de ti, manchando tus paredes de su semilla. Se quedó en tu interior por unos momentos, esperando que su esperma logrará encontrar el camino a tu óvulo para fecundarlo.

Espero unos segundos a que ambos recuperarán el aliento, para que por fin, sacar su miembro palpitante de ti. Al menos fue considerado en limpiarte el interior de tus muslos que chorreaba de su néctar y de acomodarte el vestido de como estaba.

Antes de que te dejara ir, te tomó de la mandíbula y te planto un beso brusco y hosco sobre tus labios. Después tan rápido como apareció, se fue por la oscuridad.

Te dejo sola contra la pared. Alcanzaste a abrazar a ti misma, tratando de tranquilizarte. El sentimiento de cosificaciob se hizo tan presente de una forma abrumadora.

Después de tomar el aliento necesario para seguir y con las piernas temblorosas saliste de ahí y te dirigiste donde estaban Dabi y tú hijo. Caminaste sola por el evento, tropezando con la gente hasta que te encontraste con Yuma.

— ¿En dónde estabas, mami? — preguntó él, abrazandote las piernas.

— Estaba en la mesa de bocadillos, cariño.

— Oh, qué mal. No pudiste ver a Hawks — comentó con su boca fruncida.

Tu corazón retumbó dentro de tu pecho al escuchar el nombre. Fue como una sensacion burbujeante que te hizo olvidar el traumatico episodio. Te pusiste de cuclillas frente a tu pequeño niño.

— ¿Quién es Hawks? — preguntaste, fingiendo ignorancia.

— Es un héroe que quiere unirse con papá y los demás — comentó —. ¡Tiene unas grandes alas rojas y unas gafas increíbles!

Yuma hizo las formas de las alas en su espalda de forma imaginaria y te hizo sacar una sonrisa. Le acariciaste la mejilla con suavidad.

— Me gustaría conocerlo — agregaste.

— ¡Puedo llevarte con él! Sigue aquí, mami.

Negaste con la cabeza. Lo más seguro es que Dabi te impediría hacer dicha acción, pero no eras tonta.

— Papá no me dejará — añadiste —. Pero, podemos darle un mensaje de mi parte.

Yuma ladeo su cabeza, moviendo sus hebras rojas que componían su cabello.

— ¿Y cómo?

— Bueno, tú solamente tienes que decirle esto y será todo — le dijiste con una sonrisa amable.

Los ojitos azules de tu hijo brillaron con emoción, acercó su cabeza hacia tu boca y susurraste unas cuantas palabras al oído.

Después de eso, Yuma te dio un beso en la mejilla antes de echarse a correr de regreso con su padre y sus dos compañeros. Te quedaste alejada de todos, tratando de tener algo de auto compasión por tu propia persona.
Tu mente comenzó a divagar más de lo que hubieras deseado y no pudiste evitarlo.

Yuma saludó a todos los presentes antes de que Dabi le acariciara la cabeza a forma de muestra de cariño.

Los ojos de Hawks se fijaron sobre la pequeña silueta del niño y éste mismo le sonrió.

— El ave atrapada en el nido ya no puede volar — exclamó Yuma.

Hawks se quedó algo perplejo, pero no lo hizo tan visible porque estaba rodeado de personas que no eran confiables y además eran villanos.

No obstante, el héroe alado entendió perfectamente lo que Yuma le había dicho.

En sus años como compañeros de equipo, tú y Hawks habían desarrollado una especie de códigos que aunque parecían complejos, eran muy sencillos de descifrar.

El ave atrapada en el nido ya no puede volar.

"Estoy atrapada y no puedo irme".

Incluso si no me amas; DabiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora