En poco tiempo.

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Estábamos esperando a que Andrew viniera resignado por las groserías de David, pero fue todo lo contrario; vimos bajar a mi hermano cabizbajo y con los hombros caídos. Le dice algo a mi mamá en el oído y le da un beso en la mejilla. Luego a papá, quién recibió un abrazo igual que mis hermanos.

— Te amo, Sarah—susurra en mi oído y yo doy un disimulado respingo—. Discúlpame por ser tan grosero—Seguido de esto me da un beso en la mejilla.

Estoy demasiado sorprendida. Ni mi madre siendo de las mejores psicólogas del estado había logrado esto, ¿cómo es qué él lo hizo?

Busco a Andrew con la mirada y está recostado en la pared de brazos cruzados, con una sonrisa que me produce escalofríos. Doy un esfuerzo inhumano para dirigir la mirada a cualquier otro lado que no sea en dirección a esos hipnotizadores ojos color café y despierto de mi trance a divisar David, y le doy un abrazo, no sin advertir que el desasosiego de hace unos segundos permanece en mi pecho.

— Yo también te amo, peque y disculpas aceptadas—le susurro mientras mi conciencia le demanda a mi corazón estarse quieto.

Luego de eso, todos se sientan a comer; por primera vez tenemos una cena que David no arruina... bueno, que no arruina del todo.

Después de comer, mis hermanos se retiran y quedamos Andrew, mis padres y yo en el comedor; ellos le dieron las gracias por lo que hizo que aún no me quiere decir qué es y subimos para terminar nuestro trabajo.

— ¿Qué le dijiste a mi hermano?—pregunto de repente, una vez que entramos a la habitación—. ¿Lo sobornaste para quedar bien conmigo?

— No, no lo soborné—repara mientras se sienta y abre el portátil—. ¿En serio me crees capaz de hacer eso?—Se dirige hacia mí y antes de que pueda contestar agrega con una pícara sonrisa—: De cualquier manera tampoco te lo voy a decir.

— Dime, por favor—ruego haciendo puchero.

— No—me corta—. Prometí que no iba a hacerlo.

— Está bien, pero algún día me lo tienes que revelar.

Él sólo sonríe y continúa escribiendo la presentación mientras yo me siento a regaña dientes.

Durante la cena le habíamos pedido ayuda a Jeremy para grabar las escenas en las que tenemos que aparecer los dos, todo estaba fluyendo de maravilla, Andrew se sumió en una profesionalidad impecable y contrario a lo que yo pensaba, no se aprovechó de la situación acercándose a mí más de lo necesario. Ya era el momento de la última escena que mi hermano tenía que grabar:

Entonces, hasta mañana—dice Andrew conforme al guión.

— Sí, hasta mañana— respondo yo, con clara aflicción.

Él me toma de los hombros y me lleva hacia su cuerpo. Mi corazón comienza a latir, no, empieza a arremeter contra mi caja torácica a tal punto que tengo miedo que Andrew lo pueda sentir y escuchar. En un impulso, me dejo llevar y cierro los ojos inhalando su aroma, al tiempo que sé que mi hermano está haciendo un plano detalle de mi rostro. Sé que esto no está en el guión, pero no me puedo controlar, estoy embelesada con la fragancia de su loción.

«—Recuerda que debes estar afligida no complacida, idiota—».

Mi conciencia tiene razón, debo entrar otra vez en el papel. Me toma unos segundos, pero lo logro y una lágrima corre por mi mejilla izquierda.

Jeremy está concluyendo con una última toma del rostro de Andrew y yo estoy desesperada porque se termine esta tortura, necesito apartarme de él ahora mismo, necesito controlar las emociones que se están haciendo presentes.

Amnesia "Solo se vive una vez"  (Completa - EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora