Todo lo bueno y malo tienen un final.

27 5 26
                                    

Epílogo Parte I

—Enzo ven acá.

Él viene corriendo con los ojos puestos en la grama.

— ¿Si, mama?

Aún no lo he regañado y ya me siento mal por hacerlo.

— ¿Por qué has empujado a tu hermana al piso?—pregunto con autoridad—. Él no responde—. ¿Enzo?


—La empuje porque estaba a punto de caer al lado profundo de la piscina mamá, y sabes que aun no se nadar como para rescatarla.

Mi corazón se ha derretido en cuestión de tres segundos. Aun no puedo creer la similitud que hay entre mi hijo y mi esposo.


Miro a Andrew que está a un lado del jardín preparando la barbacoa para la carne de la cena, él me regala una sonrisa cómplice y se encoge de hombros, luego toma un trago de su cerveza sin dejar de mirarme.

Me muerdo el labio inferior y me dirijo hacia mi hijo una vez más.

— ¿Y por qué no le avisaste en lugar de empujarla? ¿No ves cómo se raspó las rodillas?—pregunto con delicadeza.

—Mami—Me llama mi hija—. Está bien, lloro porque me arden las rodillas pero ya se me pasará. Por favor, no regañes a mi hermano, él no tiene la culpa.

Quedo boca abierta y miro a Andrew una vez más, él está partiéndose de la risa detrás del asador. Luego de unos segundos cuando ya se ha calmado, se acerca a nosotros.

— ¿Qué harás para resolver este mal entendido, mamá?— pregunta mi esposo con una sonrisa divertida.

Lo fulmino con la mirada y me dirijo hacia los niños una vez más.

—Solo intenta ser más cuidadoso para la próxima, ¿de acuerdo?—Él asiente—. Pero haz hecho un buen trabajo protegiendo a tu hermana, mi amor. Espero que sea así siempre.

—Entendido, mamá—concuerda Enzo.

Advierto mi nudo en la garganta y los abrazo con los dos fuertemente.

—Mamá los ama mucho, ¿lo saben, verdad?

—De aquí hasta que la vida nos lo permita—dicen Mery y Enzo al unísono.

Mis lágrimas inevitablemente saltan de mis ojos y puedo notar por el sonido de sus pasos que Andrew se aleja y entra a la casa.

Mantengo a mis hijos ahí todo lo que ellos me lo permiten y lloro sin cesar.

—¿Cuidaras siempre a tu hermana?

—Con mi vida, mamá.

— ¿Y cuando encuentres a la niña que escojas para el resto de tu vida?

—La cuidare con mi vida y la amare hasta que la vida me lo permita.

—Así es, mi rey.

— ¿Y tú, Mery? ¿qué harás cuando consigas al niño con el que quieras pasar el resto de tu vida?

—Lo cuidare con mi vida y lo amaré hasta que la vida me lo permita.

—Sin arrepentimientos—continuo.

—Porque todo lo que pase, sea bueno, sea "malo" siempre será lo mejor—dicen ellos al unísono.

— ¡Eso es!—exclamo con entusiasmo fingido.—Ahora, vayan a ponerse los trajes de baño que los invitados ya casi llegan.

—¡SI!

Ellos salen corriendo y no se percatan de mis lágrimas, mucho mejor así, ya creo que no me quedan más excusas de tantas veces que me han visto llorar.

Me levanto secándome el rostro. Mi mirada se encuentra con la de Andrew que está a unos pocos metros de distancia, con una sonrisa reconfortante. Lo admiro y por unos segundos me pregunto: ¿Qué hubiese pasado si no lo hubiera conocido? ¿Hubiese alcanzado este nivel de felicidad? ¿Sería igual de feliz con mi vida de soledad que la actual vida que tengo ahora? ¿Habría disfrutado de tantas experiencias que he tenido desde que él llegó? ¿Habría otra persona que rompería ese témpano de hielo que tenía como corazón? ¿Me habría acordado de vivir de verdad?

 —Ya deja de pensar en los hubiese, hoyuelos. Mejor ve y ponte un poco de maquillaje que pronto todos estarán aquí.

—Andrew—Lo llamo a pesar de que no hay ni 3 metros de distancia entre nosotros.

— ¿Si, cariño?

—Te amo.

Veo como sus labios quisieron borrar su sonrisa pero él no se los permitió.

 —Te amo—corresponde él.

Entro a la casa casi que corriendo. A veces, sentir tanto y tantas emociones me abruman.

...

—Oh, linda. ¿qué te pasó en las rodillas?—pregunta mamá.

—Porque su hermano en un acto heroíco, decidió empujarla para que no cayera en la parte honda de la piscina—dice Andrew levantándose de la mesa.

—Adorable—dice Lindsay y todos en la mesa se ríen.

Todos están aquí, incluyendo a unos nuevos integrantes de la familia. Alex ha traído a su esposa y su hermoso angelito de 9 meses, su nombre es Asa; así es, al parecer la misma que llevó al estreno de la película era la indicada. Lindsay trajo a su nuevo novio, sin saber todo lo que ella me ha contado, desde lejos puedes notar que la trata como una reina. Zack también está aquí, el pobre mira a Lindsay con ojos de arrepentimiento cada que nos encontramos, pero eso no ha hecho cambiar de opinión a mi amiga, a pesar de todo, le ha ido bastante bien aunque no ha encontrado a nadie. Jeremy también trajo a una "amiga" su nombre es Lucy, aún no me quiere decir qué se trae con ella pero sé que ya pronto me lo dirá.

Andrew sale de la casa con el pastel en las manos y lo pone en medio de la mesa.

 —¿Quieres prender las velas, cielo?—me pregunta él y yo asiento levantándome.

—Papá, ¿puedo perderlas yo?—pregunta Enzo.—Aún estás muy pequeño para eso—dice él.

—No es cierto, hoy estoy cumpliendo 8 años—replica el niño.

—Tal vez en unos dos años te deje—responde Andrew sin dejar de sonreír.

—Papá, ¿yo también puedo prender las velas de pastel en dos años?—pregunta Mery.

—No nena, a ti te faltan 4 años para eso, apenas tienes 6.

Ella se cruza de brazos pero no dice nada.

Andrew me pasa el encendedor y yo lo tomo con gusto. Con las manos temblorosas y un nudo en la garganta enciendo la vela y me quedo al lado de mi esposo. Él toma mi cintura y me transmite fuerza. Todos comienzan a cantar y el nudo se vuelve más difícil de soportar, hasta que es imposible contener mis lágrimas y aunque las limpio rápidamente, sé que todos se han percatado de que no he parado de llorar desde el inicio de la canción. Yo solo tengo ojos para ver la felicidad en los rostros de mis hijos mientras se abrazan fuertemente del otro lado de la mesa. No quiero parpadear, no quiero perderme un segundo de este momento, quiero guardarlo en mi corazón para siempre.

Enzo sopla la vela y puedo ver en su sonrisa que está contento, todos aplaudimos y yo voy a darle otro abrazo a mis hijos.

—¿Me prometen algo?

—¿Qué es, mamá?—pregunta Mery.

—Siempre disfrutaran sus cumpleaños y agradecerán por cada año que pase, nunca olviden que la vida hay que celebrarla.

—Lo prometo—dice Mery con una sonrisa, sé que no será difícil para ella, le encantan los cumpleaños.

—Lo prometo, mami—dice Enzo.

—A ver esos meñiques.

Ellos estiran sus pequeños dedos y yo los cierro con los míos.

...

—Antes de que se vayan, quería darles las gracias por venir, por participar y estar ahí en los momentos más importantes. Gracias, Lindsay, por no rendirte y presentarme a mi esposo, gracias Zack, por estar con Andrew cuando más lo necesitó, gracias Jeremy por animarme a arriesgarme, gracias Alex por enseñarme que al final si se puede cambiar al encontrar a la persona que indicada, gracias mamá por enseñarme todo lo que sé de esta vida, por apoyarme en todas mis decisiones; gracias papá por siempre protegernos y enseñarme que a la vida hay que enfrentarla con una sonrisa. Gracias por todo, familia.

— ¿Zack? ¿Estás llorando?—pregunta Lindsay.

—No—dice él quitándose las lágrimas del rostro—. Nosotros también te amamos a ti, Sarah—declara con voz entrecortada.

Yo sonrío a medias y él me regala un guiño. Él es el único aparte de Andrew y de mi que sabe porque hago esto, nos escuchó hablando y no pudimos ocultarlo.

...

Andrew pone mi cabeza en su pecho como todas las noches y acaricia mi cabello.

—¿Andrew?

—¿Si?

—¿Cómo crees que serán nuestros hijos en 20 años?

—No lo sé, aun no me los quiero imaginar tan adultos, pero de algo estoy seguro hoyuelos, serán felices, tú se los inculcaste.

Amnesia "Solo se vive una vez"  (Completa - EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora