Solo un trago.

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Pese a lo molesta que estaba, Lindsay me ayuda a elegir un atuendo e insiste en maquillarme. Siendo sincera no me gusta mucho el maquillaje, prefiero más un estilo natural, pero al ver mi reflejo en el espejo me doy cuenta de que si me veo un poco mejor.

Afuera Zack y Andrew nos esperan. Mi "cita" tiene una chaqueta negra que lo hace ver brusco, pero que al ver su dulce sonrisa te desconcierta por completo. Lindsay se adelanta con Zack y Andrew se queda admirándome un rato más.

—Estás hermosa, hoyuelos. ¿Tienes maquillaje? —observa, extrañado—. Apuesto... Lindsay —Asiento tímidamente—. Vamos —dice tomando mi mano como siempre, sin previo aviso.

Hay gente por doquier y la música está a todo volumen. Andrew me lleva en dirección a Lindsay y Zack que ya están sentados y han pedido unos tragos de una cosa verde.

—Vamos Sarah, toma uno —anima Lindsay mostrándome un vaso lleno de alcohol.

—Sólo uno, hoy es el primer día y no quiero emborracharme.

Chocamos los vasos para hacer sonar un «pling» y bebemos todo el contenido. El líquido amargo y mentolado recorre mi garganta bruscamente, activando inmediatamente el calor y la adrenalina en mi cuerpo.

Después de un rato charlando, Andrew me invita a bailar y yo accedo sin poner peros. Me lleva de la mano hasta la pista de baile y empezamos a movernos al compás de la música. El constante roce de nuestras manos, nuestros cuerpos, las miradas seductoras, sumado al alcohol que recorre mis venas están haciendo que pierda la razón poco a poco.

Cuatro horas después...

¡LINDSAY! ¡LINDSAY! —grito arrastrando las palabras.

Estoy afuera del bar, tambaleándome de un lado a otro sin fijarme siquiera donde piso. Mi amiga me ha dejado sola bailando con Andrew, quien de un momento a otro desapareció de mi vista; necesito encontrarla porque de otro modo no podré conseguir el camino de vuelta a la cabaña.

¡SARAH! —Esa voz la reconozco a kilómetros de distancia, esté en el grado de ebriedad que esté—. Aquí estás. Estaba preocupado —Toma mi rostro con sus manos, rozando sus pulgares contra mis mejillas encendidas. Pese a que no estoy en mis cabales, logro ver ese brillo en sus ojos llenos de alivio—. Me asusté al no verte. Ven, tienes que dormir —Me toma del brazo para llevarme hacia mi habitación, pero yo pongo resistencia.

—¿Dónde está Lindsay?

—Tranquila. Ella está sana y salva —dice con una sonrisa pícara.

—No me digas que está con... —Se ríe interpretando lo que estaba a punto de decir.

—Sí, hoyuelos, tu amiga está con mi amigo. Relájate, está en buenas manos, créeme —me tranquiliza con un gesto relajado.

—No me voy a ir sin ella —protesto.

Estoy haciendo el ridículo y lo mejor es que no me importa, ese es el efecto del alcohol haciéndose sentir. Su risa invade mis oídos y no puedo evitar contagiarme.

—Nunca te había visto así, me gusta esta faceta tuya —comenta sin dejar de sonreír—. Ven, hay que descansar —insiste agarrando mi mano.

—Andrew, no puedo caminar, siento que si lo intento me voy a caer —Vuelve a soltar otra carcajada—. Si te vuelves a reír no te vuelvo a hablar —amenazo con mi dedo índice.

—Está bien, hoyuelos, lo que tú digas.

No sé en qué momento, pero me he subido a su espalda de modo que me lleva a caballito.

—¿No te asusta que te vomite?

—Ya yo lo hice, faltarías tú.

—No, yo no vomito—reparo sonando muy orgullosa.

Amnesia "Solo se vive una vez"  (Completa - EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora