— Por cierto, ¿cómo te llamas? —pregunto al retirar mi mano de la suya.
— Andrew Miller—responde y al mismo tiempo se me ocurre una forma estupenda de divertirme
— ¿Sabes qué, Andrew Miller?— ¿Qué?—dice tomando la hamburguesa de su bandeja y dándole un mordisco.
— Te tengo tu primer reto.
— ¡Suéltalo!—exclama lleno de un entusiasmo que me sorprende, después de haberse tragado el pedazo de hamburguesa bruscamente.
—Tienes que bailar aquí, ahora—digo puntualizando muy bien las palabras.
Me mira desconcertado, pero luego esboza una gran sonrisa, en ese momento otra extraña corriente de escalofríos recorre mi columna.
—Fácil—acepta con un tono de suficiencia.
Toma su teléfono y mochila de la cual saca un pequeño parlante, luego, empieza a buscar algo en el móvil, segundos después, suena Uptown Funk de Mark Ronson y Bruno Mars. Veo que se levanta y se encamina hacia el centro del salón. La gente deja de poner atención a su comida y a los chismes de sus amigos para murmurar y mirarlo, expectantes. Miller empieza a hacer unos ágiles movimientos y todo el comedor se queda en silencio, lo único que se escucha es la corneta resonando por todo el lugar.
Después de todo tengo que aceptar que no lo hace nada mal y aunque sienta vergüenza por él, la naturalidad y seguridad con la que hace todos los pasos me hace saber que no está apeado en lo absoluto, como si esto fuera de lo más normal y estudiáramos en el campus de High School Musical.
Luego de terminar de bailar un sonoro aplauso colectivo acompañado de silbidos de aprobación se hicieron presentes y sus ojos se fijan en los míos mientras camina devuelta a su asiento.
— Reto cumplido—dice con una sonrisa que creo que se le llegan a ver todos los dientes.
— Muy bien, hay que ver si cumplirás los demás—apunto igual que el profesor más pedante te contesta cuando acabas de presentarle la mejor exposición que haya visto en su vida. Y pongo todo mi peso sobre mis pies, tomando la bandeja para retirarme—. Un gusto, Miller.
— El placer es todo mío, Parks.
Giro sobre mi propio eje, camino hasta donde tengo que dejar la bandeja y continúo mi paso cuando escucho un grito:
— ¡¿A dónde vas?!
— ¡A clases!—grito sin voltear ni parar de caminar.
— ¡¿Nos vemos luego?!—pregunta de vuelta.
— Tal vez, Miller—respondo en un tono que sé que no escuchó.
Entro a clases dónde está la que se hace llamar mi amiga. Sabía que ella no tenía nada que hacer, seguramente había conspirado con Miller para que me convenciera de salir. Lindsay siempre ha querido que yo tenga un novio o alguien, no entiende que me siento muy bien sola conmigo misma.
— ¿Cómo te fue con Andrew?—pregunta emocionada y con una sonrisa que se borró al segundo en que vió mi expresión—. ¿Qué hiciste? ¿Lo mandaste a la mierda, cierto?
— No—contesto con indiferencia sentándome a su lado sin siquiera mirarla.
— ¡¿Es en serio?!—La emoción vuelve a su rostro y lo sé porque utiliza un tono efusivo otra vez—. Entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué vienes con esa cara?
— ¡Vengo con está cara porque la que se supone es mi amiga me acaba de hacer una mala jugada!—exclamo exasperada, mirándola por primera vez desde que entré al aula—. Dijiste que no lo volverías a hacer Lindsay—reprocho con severidad.
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Amnesia "Solo se vive una vez" (Completa - EN EDICIÓN)
Roman d'amour¿Conocen ese pequeño instante en las películas y libros llamado "punto de giro"? Sí, ese en el que pasa algo inesperado que le cambia la vida al protagonista... Bueno, el mio tiene nombre y apellido: Andrew Miller. Y no, no quiero ilusionarte, esta...