¿Qué está pasando aquí?

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Andrew no deja de ver mis labios vehementemente y yo, a todos lados. Presa de la desesperación, meto mi mano en el bolsillo buscando el teléfono para llamar a Lindsay y para mi suerte. no está.

—Ya regreso, ¿sí? —digo girando sobre mi eje y huyendo de él.

—¿A dónde vas? —pregunta siguiéndome.

—A la cabaña, dejé mi celular.

—Yo te acompaño.

Solo asiento con un duro semblante.

Mientras caminamos su mirada está fija en mí, escudriñando mi expresión. Sabe que algo me pasa.

—¿Confías en mí? —inquiere, sacándome de mis pensamientos y haciendo que detenga mi paso.

—¿Qué?

—Estás nerviosa, no lo niegues. ¿Confías en mí? —insiste con un gesto de comprensión. Trago grueso y evito sus ojos. No puedo responder, me cuesta hablar—. Mírame —me pide y obedezco a regaña dientes—. Yo confíe antes en ti, ahora necesito que confíes en mí para...

—Confió en ti —reparo en un tono casi inaudible.

Él sonríe satisfecho y seguimos caminando en silencio.

Abro la puerta de la cabaña y doy un respingo al advertir lo que me encuentro dentro...

—¿Qué está pasando aquí? —Sueno más molesta de lo que quisiera.

Zack no tiene camisa, Lidsay sentada en el regazo de él, tampoco tiene. Ellos se apartan rápidamente e intentan buscar sus prendas. Zack le alcanza su propia camiseta a mi amiga y ella se tapa abrazando la camisa sobre sí misma, está tan nerviosa que ni siquiera alcanza a ponérsela.

Me miran atemorizados, parece que sus corazones se van a salir por sus bocas. No estoy enojada, solo que les quise dar un buen susto y lo logré.

Andrew está detrás de mí, reteniendo una carcajada, tratando en lo posible de adoptar un gesto severo.

—Estoy esperando una respuesta —espeto arqueando una ceja.

—Sa... Sarah —titubea Lindsay. Está pálida al igual que Zack—. Bu... bueno —Mira a todos lados desesperada, como si buscara algo en la habitación que la pudiera ayudar.

—Sarah, mira yo te puedo explicar... —interviene Zack.

—¿Qué me vas a explicar? —atajo—. ¿Que los dos son tan calientes que no se pueden aguantar? —Una estruendosa carcajada rompe el tenso silencio—. ¿Viste sus caras? —bufo, riéndome.

—Tenía que haber grabado esto —comenta Andrew sin dejar de partirse de la risa.

Sus rostros que antes parecían un papel ahora reflejan confusión, pero a la vez, un profundo alivio.

—Ya cálmense, no pasa nada —digo quitándole importancia con un movimiento de mano.

—¿Está bien? —dice Lindsay con la voz en un hilo.

—No te voy a regañar si eso es lo que piensas, yo no soy tu madre, Lindsay —repongo—. Yo solo vine a buscar mi teléfono —Veo que está en la mesita al lado de mi cama, lo agarro y camino de nuevo hacia la salida—. Ustedes pueden seguir con lo que sea que estaban haciendo —agrego antes de cerrar la puerta.

—Te dije que se traían algo esos dos —suelta Andrew después de haber empezado a caminar de vuelta a la fiesta.

Andrew me entrega la segunda cerveza de la noche. El líquido refrescante con un toque amargo me da un poco de tranquilidad, ya no quiero estar preocupada ni ansiosa.

Amnesia "Solo se vive una vez"  (Completa - EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora