Capítulo 2

86 22 52
                                    

—¿Sabes que te amo?—pregunta Damián mostrando una cálida sonrisa.

—Por su puesto que sí—respondo entre risas—. ¿Y sabes que yo también te amo?

Es entonces cuando me acerco a su rostro y poso mis labios sobre los suyos para besarlo lentamente, pero después de unos segundos él me aparta e interrumpe el momento. Lo observo confundido por lo que acaba de hacer. Su rostro ahora tenía una expresión triste, parecía decepcionado, ya ni siquiera me veía a los ojos.

—¿Entonces por qué me rechazaste, Frank? No entiendo por qué lo hiciste si nos amamos.

La forma de su cara empieza a cambiar; y, antes de que me de cuenta, el que tenía al lado era un monstruo, ya no se encontraba Damián conmigo. Empiezo a correr para poder escapar de ese ser desconocido, pero entonces me toma con uno de sus largos brazo y me acerca a su rostro.

—Me dejaste triste, pensando que realmente estaba mal amar ¿Por qué me rechazaste?—dice con una voz grave y tenebrosa.

Es allí cuando abre la boca y me lanza dentro de esta. Solo puedo sentir que estoy cayendo dentro de un poso sin fin, y que por más que intente gritar, no puedo provocar ningún sonido.

Me despierto sobresaltado y sudoroso, con la respiración agitada y la luz de la ventana dándome en la cara. Pongo las manos en mi cabeza por unos segundos y me quedo en la cama pensando en lo que acabo de soñar.

Hace un par de días Damián se me confesó y lo rechacé. Hemos intentando mantener la distancia desde esa vez. Incluso los demás se dieron cuenta de que algo pasa entre nosotros, pero les terminamos diciendo que solo era producto de su imaginación y que no había ningún problema entre Damián y yo.

Pero no importa cuánto intente ignorar lo que pasó ese día, lo sigo recordando una y otra vez, aunque no tenga la intención de volver a hacerlo. Todo sigue dando vueltas en mi cabeza, en especial hay algo que me molesta en especial y son las preguntas que me he hecho desde ese día: "¿Cómo veo a Damián? ¿Qué pienso de él?"

Siempre que me hago esa pregunta pienso: "Es mi amigo y me agrada", pero siento que algo falta ahí y no consigo sentirme satisfecho con esa respuesta. Así que seriamente me estoy empezando a preocupar por el hecho de que esa contestación no me deja tranquilo.

Me levanto de la cama y me cambio para salir de la casa. Me levanté antes que mis padres y no pienso desayunar o quedarme hasta que ellos se despierten; pues, hoy es domingo, día del que salgo de casa antes de que se den cuenta. Me dirijo afuera rápidamente y empiezo a alejarme lo más rápido posible de mi domicilio. Cuando me encuentro lo suficientemente lejos empiezo a caminar de forma más calmada.

La razón por la que escapo todos los domingos de mi casa se llama Miranda Verdugo, quien viene todos los domingos en las mañanas y se queda hasta las siete de la noche. Ella es la hija menor de un matrimonio que se lleva muy bien con mis padres. Ellos conocieron a mi padre porque vivían en el mismo barrio, luego conocerían a mi mamá cuando se casó con mi papá. A los dos felices matrimonios se les ocurrió una "brillante" idea ¿Cuál es? Querían que sus hijos se casaran entre ellos.

La idea era que yo naciera mujer para que me casara con cualquiera hermanos mayores de Miranda, pero nací hombre y nuestras familias se decepcionaron bastante. Así que el otro matrimonio decidió hacer el intento de tener una niña, y ahí es donde aparece Miranda, quien es menor a mí con cuatro años.

A nuestras familias les emociona mucho la idea de emparejarnos, incluso parece que Miranda lo disfruta, pero yo no deseo eso en absoluto. Miranda y su familia han sido agradables conmigo hasta ahora, pero no me quiero casar con ella, y es que de verdad siento que no es la persona con la que debo estar. He discutido con mis padres mucho sobre esto, pero me ignoran y siguen diciendo que Miranda y yo nos casaremos.

EternityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora