El Príncipe Comadreja de Konoha (Traducción)

Capitulo 9

No era Shisui, se dio cuenta cuando su cerebro volvió a funcionar correctamente. Sí, este chico se parecía mucho a Shisui cuando había conocido a su mejor amigo durante sus días preacadémicos, cuando aún sólo eran primos de un gran clan que se cruzaban ocasionalmente en las calles de su recinto antes de hacerse amigos y confidentes el uno del otro. Este chico, a pesar de ser tan joven, tenía una cara más larga que la propia cara redondeada de Shisui incluso cuando tenía trece años. También era un poco más bajo que Shisui a esa edad, se dio cuenta Itachi. Pero tenía una estructura ligeramente más ancha que la de su difunto mejor amigo. Este chico también carecía de las gruesas pestañas de Shisui, que éste había heredado del lado de la familia de su madre. Pero el tono de la piel, el pelo desordenado, la mayoría de los rasgos de la cara... Era igual que la de Shisui.

– ¡¿Qué?! ¡¿Quién eres tú?! ¿Intentas acercarte a mí a escondidas? – Exigió el niño, señalando con el dedo índice a Itachi acusadoramente como lo haría cualquier niño, Uchiha o no. Y Kami-sama, su voz era casi una copia de la de un Shisui más joven. Itachi quería cerrar los ojos y fingir que se trataba de su mejor amigo, que la mayor parte de sus vidas nunca había sucedido y que seguían siendo niños que compartían el sueño de acabar con todos los conflictos y las guerras, que estaba en la Academia con Shisui entrenándole aparte, que los Uchiha no planeaban traicionar a la aldea que habían jurado proteger. Quería fingir que todo estaba bien... Pero no podía, porque nunca se había engañado a sí mismo, nunca se había permitido entregarse a las ilusiones y no lo hará, no puede empezar ahora.

Así que se encontró con los ojos negros del chico y puso una pequeña sonrisa mientras en su interior sentía ganas de llorar, pues este chico se parecía tanto a Shisui pero no. Verlo se sentía como un castigo divino. – Siento si te he asustado, pero pasaba por aquí cuando escuché gritos. Temí que alguien estuviera en problemas y por eso vine a comprobarlo.

– Oh – dijo el chico, bajando la mano sólo para que volviera a subir, detrás de la cabeza, donde se la frotó de una manera vergonzosa que desordenó aún más su cabello. A pesar de que el cabello era mucho más rizado que el de Shisui, Itachi se abstuvo de hacer una mueca de dolor mientras ante el gesto familiar. – Siento haber gritado entonces, señor. – Se animó e Itachi casi lloró al ver su sonrisa. – Soy Uchiha Kagamai... – Se cortó con un grito ahogado, llevándose las manos a la boca y abriendo los ojos. – ¡Maldita sea, no debería haberte dicho mi apellido!

– Itachi. – El Uchiha mayor (secreto) respondió con una sonrisa divertida, extendiendo una mano para que el chico la estrechara. Ah, ahora los parecidos tenían sentido. Uchiha Kagami, el abuelo de Shisui. El hombre era de la generación de Sandaime, Danzo, Koharu y Homura, pero había muerto antes de que naciera Itachi. Impresionantemente, había muerto en el cumplimiento del deber, a pesar de lo viejo que era. Había sido uno de los mejores ninjas del Clan Uchiha y Shisui lo había querido mucho a pesar de no tener ningún recuerdo claro de él. Itachi se sintió honrado y humilde por estar en presencia del hombre que un día sería el padre del padre de su más preciado amigo. También sintió una oleada de protección, al darse cuenta por fin de la situación en la que se encontraba, de lo frágil que era el equilibrio del tiempo.

Si algo salía mal en este tiempo, su tiempo cambiaría para siempre. Shisui podría no nacer nunca e Itachi no podía imaginar cómo habría sido su vida sin su mejor amigo para apoyarlo en ella. Una parte de Shisui estará para siempre con Itachi, ya que el ojo de Shisui aún miraba a Itachi, aún vigilaba su espalda. Todavía lo guiaba por este mundo, cuando era ciego y vulnerable. Todavía lo protegía a través de ese cuervo sobreprotector suyo. Eso era lo único en lo que Shisui y Kuro Onyx habían coincidido, en proteger a Itachi. Es lo que les hizo compatibles para que el ojo de Shisui fuera trasplantado al pájaro, a pesar de la carga de chakra del animal que debía suponer.