Capitulo 33

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– ¡Cómo te atreves! ¡Lo que estás diciendo roza la blasfemia! Insufrible idiota Senju, ¿por qué no puedes admitir que estás equivocado por esta vez?

– ¡Lo haré, cuando realmente me des un argumento que demuestre que estoy equivocado, Uchiha! Todo lo que me has dado hasta ahora son inútiles e infantiles desplantes. Es como discutir con un imbécil.

– ¡Mejor ser un imbécil que un idiota, maldito idiota! 

– ¿Así que admites ser un retrasado mental?

– ¡Cómo te atreves! Debería...

– ¡Oh, por la gloriosa madre del chakra! – Toka maldijo con fervor en el fondo, pasando casi completamente desapercibido por encima de todos los gritos, golpeando su cabeza contra la mesa del comedor de los hermanos Uchiha. Estuvo muy cerca de hacerlo, pero casi aterrizó con toda la cara en su plato. – ¡Que alguien, por favor, por el amor de los dioses, los haga parar!

– ¡Pensé que por fin se llevaban bien~! – Gimoteó Hashirama, pareciendo dispuesto a seguir los pasos de su prima y lo más seguro es que aterrizara en su plato por lo que Mito lo empujó un poco lejos de él.

– Juro que nunca he visto a Nii-san actuar así. – Izuna refunfuñó, aún sonando de alguna manera desconcertada por todo esto. – Creí que por fin se había instalado aquí y se había relajado fuera de esas estúpidas reuniones. No entiendo qué pudo haberlo sacado de quicio para que ahora estén discutiendo por los colores!

La incredulidad estaba completamente justificada. Dos de los shinobi más fuertes del mundo estaban en ese momento discutiendo entre sí, discutiendo peor que un gato y un perro en una mesa con la boca medio llena de comida la mitad del tiempo, por algo tan simple y poco importante (en comparación con sus discusiones anteriores, al menos) como los colores. Y ni siquiera parecía que estuvieran enfadados cuando empezó la velada, lo que era el hecho verdaderamente preocupante, ya que significaba que de alguna manera se habían provocado mutuamente esta discusión, lo que significaba que podría durar un tiempo.

– Demasiado para la noche pacífica que esperábamos. Una cena, es todo lo que pido. – Mito refunfuñó, enviando una mirada venenosa en dirección a las dos partes que discutían. Lo cual, como era de esperar, pasó completamente desapercibido. Sólo empeoró el estado de ánimo de la embarazada, que llegó a gruñir. Esto hizo que Hikaku chillara por sorpresa y se alejara unos centímetros del Uzumaki.

– ¿Tal vez se les pase pronto? – Sugirió esperanzado el segundo Uchiha más joven y Toka lo miró como si le acabara de crecer una segunda cabeza. – ¿Qué?

– No hay manera de que se detengan hasta que uno de ellos gane. Sé a ciencia cierta que mi primito no lo dejará hasta que gane. – Los ojos de Izuna se entrecerraron en la kunoichi Senju y parecía dispuesto a gruñir.

– ¿Quién ha dicho nada de que gane el conejito blanco?.

Toka devolvió la mirada tan bien como pudo. – Bueno, ciertamente no será Madara quien gane en una discusión contra Tobirama, eso es seguro. No es lo suficientemente agudo.

– ¿Estás insinuando que mi hermano no es inteligente? – Los dos pares de ojos del Sharingan se encendieron casi al unísono, ambos hermanos Uchiha trataban de fulminar con la mirada a su respectivo oponente Senju, sólo que era totalmente inconsciente por parte de Madara. Hablaba mucho de la fuerza de su alianza y de la paz, el hecho de que ninguno de los dos Senju apartara la mirada de esos mortíferos ojos como habían sido entrenados toda su vida para hacerlo.

– Me sorprende que te hayas dado cuenta de tanto, bonito. 

– No hay necesidad de estar celoso de mi aspecto, Toka . Estoy seguro de que que alguien estará dispuesto a soportar tu aspecto.

El Príncipe Comadreja de Konoha (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora