– ¿Estará bien? – Itachi escucho la voz de Kagami haciendo esa pregunta mientras unas manos desconocidas le sostenían el ojo izquierdo abierto. Itachi se apartó del tacto e hizo que activara instintivamente su Sharingan, pero los ojos aún le dolían por su uso anterior, así que sólo pudo hacer una mueca de dolor cuando recuperó la conciencia.
– Eso parece – Respondió la nueva persona desconocida, también con voz de niño, e Itachi se obligó a enfocar los ojos. La persona que estaba de pie junto a él era un niño de la edad de Kagami, que le parpadeaba con unos ojos grandes pero muy angulosos, de color marrón grisáceo oscuro, que le resultaban muy familiares, pero el cerebro de Itachi aún estaba demasiado nublado para comprender a quién estaba viendo. El chico tenía el pelo castaño de punta que se erizaba un poco y la piel bronceada, probablemente por pasar mucho tiempo al aire libre. Su cara estaba aún ligeramente redondeada por la grasa de bebé y tenía la nariz chata. – Está despertando.
La cabeza de Kagami apareció de repente en su línea de visión, con la cara torcida en una mezcla de preocupación y alivio. – Itachi-nii, ¿estás bien?
Dicho Uchiha gimió y se llevó una mano para frotarse la cabeza mientras se incorporaba, sin sobresaltarse en absoluto cuando oyó el tintineo de las cadenas al mover el brazo. En realidad no esperaba estar libre, pero se sorprendió al ver el espacio que tenía para mover los brazos. Podía juntar fácilmente las manos y tejer sellos de mano, un gran error si iban a sujetar a un shinobi. Por supuesto, al instante se dio cuenta de por qué sus captores estaban tan confiados. Los grilletes que rodeaban sus muñecas estaban hechos con sellos de supresión incrustados en ellos y había una docena o más colocados alrededor de la celda en la que se encontraban él y los dos chicos. Cualquier shinobi normal habría quedado indefenso con la cantidad de chakra que se suprimiría sólo con los grilletes, ya que los otros sellos simplemente detenían el uso del chakra mientras los grilletes lo succionaban.
Pero Itachi no era un shinobi ordinario. Era excepcional, como le gustaba decir a Shisui, y su control del chakra estaba por encima incluso del de un ninja médico medio, por lo que podría escapar fácilmente de aquí. Sin embargo, no le sorprendió sentir que le habían colocado un sello de repulsión en su hitai-ate para evitar que se lo quitara, por tanto, quitarse el sello de supresión que le había colocado el Senju. Por supuesto, habían dejado ese sello en su sitio. Estaba hecho por un Uzumaki y, a pesar de que mostraba signos de poder usar parte de su chakra durante cierto tiempo, seguía siendo obvio que el sello estaba haciendo su trabajo y lo hacía mucho más débil y vulnerable de lo que normalmente sería. Era lo que realmente mantenía a Itachi en su lugar, el resto estaba simplemente colocado allí como respaldo.
Qué tontos. Itachi podría salir de aquí con los ojos cerrados, si le dieran unas horas más para recuperar las fuerzas.
– ¿Itachi-nii? – Se dio cuenta de que no había contestado a su joven amigo y sonrió cansado con un suspiro para consolarlo.
– Estoy bien, Kagami-kun. ¿Sabes dónde estamos y cuánto tiempo llevamos aquí? ¿O cuánto tiempo he estado fuera?
Fue el chico moreno quien le respondió. – Te trajeron hacia el atardecer y ya es más de medianoche. Estamos en una habitación parecida a una celda, con una puerta de metal con barrotes por ventanas y dos docenas de sellos de supresión en las paredes. Estamos en algún lugar al sur del País del Fuego, pero eso es todo lo que sé.
– Tenías razón en que no eran Senju, Itahci-nii. – Le dijo el otro Uchiha casi con entusiasmo. – ¡Estaban hablando de que el secuestro de uno de los aliados de los Senju y de un niño Uchiha hará que las escaramuzas entre los dos clanes sean aún más acaloradas y amargas y que los clanes lucharán hasta la extinción! No pude averiguar de qué clan eran, pero al parecer quieren nuestros territorios y el poder que nuestros clanes tienen sobre todos los demás.
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El Príncipe Comadreja de Konoha (Traducción)
Hayran KurguItachi nunca llegó a utilizar su Susanoo en su lucha con Sasuke. Tan pronto como el Kirin golpeó, fue enviado a través del tiempo a la era del fundador y todo dependía de él para asegurar un futuro salvo y más seguro para Konoha y el mundo en genera...