Capitulo 46

331 39 1
                                    

Cuando Senju Tobirama volvió a abrir los ojos, estaba de nuevo en el mundo de los vivos, como un Edo Tensei, de pie entre su Anija y Saru, con un hombre más al otro lado de su antiguo alumno y cuatro shinobi frente a ellos, uno al que ya conocía y al que ya no tenía ningún cariño. El antiguo amigo de Tsunade se había convertido en un hombre retorcido y enfermo que buscaba vengarse de la aldea que lo había criado y la inmortalidad, consiguiéndolo de la peor y más enferma manera posible. Que se atreviera a utilizar el mismo jutsu que Tobirama inventó como última línea de defensa de Konoha contra Konoha y convocar de nuevo a dos de sus fundadores para destruirla... Bueno, Tobirama lo habría hecho pedazos con mucho gusto si el hombre no hubiera estado preparado para ello y hubiera puesto sellos de restricción a sus movimientos desde el principio. Su personalidad no estaba siendo suprimida pero sus movimientos si.

Tobirama se sorprendió al descubrir que en realidad no era por su propia protección por lo que Orochimaru lo había hecho (tenía la suficiente confianza como para sobrevivir al ataque de un Hokage, aunque saliera con bastantes heridas) sino por la seguridad de los tres niños que tenía con él. Uno de ellos, Tobirama podía intuir que era un Uzumaki, aunque su pelo rojo no era prueba suficiente de su herencia. Era la única que parecía estar tranquila ante los cuatro Hokage reanimados que tenía delante. Tobirama pudo notar que todavía se estaba preparando para usar las Cadenas Adamantinas si la atacaban. Uno de los chicos era de un clan de Kirigakure que a Tobirama le había fascinado, ya que podían convertir sus cuerpos en líquido para evitar que le hicieran daño. Por un momento pareció asustado, antes de recomponerse a la fuerza, pero permaneciendo igualmente detrás de su amigo más grande. Dicho amigo parecía estar sobrecargado de energía natural, pero Tobirama no podía percibir ninguna forma de Modo Sabio en él ni ningún contrato que le proporcionara un Modo Sabio.

– Bueno, es ese shinobi de nuevo, Orochimaru. – Tobirama gruñó con disgusto, mirando suavemente al hombre. Estaba resignado a esta tontería una vez más y sólo esperaba que esta vez también hubiera alguien que los detuviera como lo había hecho Hiruzen la última vez. ¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces? ¿Acaso Konoha seguía en pie?

– ¿Qué quieres decir? – Hashirama se volvió hacia él y le preguntó, pero Tobirama no apartó los ojos de Orochimaru más de un segundo. Nunca se sabe qué esperar de esa serpiente.

– Sospecho que deshizo el trato de la Parca que nos ha mantenido sellados. – Respondió Sarutobi desde su otro lado, mirando a Hashirama mientras se explicaba. – Y luego reformó el Edo Tensei.

– Eso no es posible. – Dijo con un poco de asombro un hombre rubio que se encontraba de último en su extraña fila. Tobirama no tenía ni idea de quién era, pero parecía y se sentía como un Namikaze. Podía ser un clan pequeño, pero su predisposición al sellado y a la velocidad rivalizaba con la de un Uzumaki y la de Tobirama, respectivamente. – ¿Has encontrado la forma de deshacer el Shiki Fūjin, Orochimaru-san?

– Me subestimas, Minato. – Oh, así que el nombre del hombre era Minato. Es bueno saber quién era su compañero reanimado del Edo Tensei. No escuchó a Orochimaru explicar el jutsu de sellado, pues ya lo conocía por Mito, en su lugar extendió sus sentidos lo suficiente como para establecer que estaban en Konoha, en lo que parecía ser el Recinto Uchiha pero no era donde recordaba que estaba. ¿Por qué estaba en las afueras de la aldea?

Minato debió ver que Hashirama estaba tan confundido como siempre que alguien habla de la mecánica de algún jutsu, porque se volvió para mirarlo. – Shodaime-sama, parece que hemos sido llamados al mundo de los vivos. – Hashirama se desplomó y parpadeó estúpidamente ante el rubio mientras Tobirama cruzaba los brazos sobre el pecho y se abstenía de suspirar con cansada exasperación.

Había un ceño confuso en su rostro mientras estudiaba al más joven de su fila, quizá en realidad sólo unos años mayor que Itachi cuando lo habían encontrado por primera vez. – ¿Quién demonios eres tú?

El Príncipe Comadreja de Konoha (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora