Capítulo 1.

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Mis queridxs lectorxs:

INSTAGRAM: @anonywattpad.

Aquí os dejo mi nueva obra: EL SECRETO DE TYLER JONES.

Y AQUÍ LOS INSTAGRAMS DE LOS PROTAGONISTAS DE ESTA HISTORIA:

***IG DE TYLER: @_tylerjones13

***IG DE RYAN: @_ryanmiller10

***IG DE LUKE: @_lukeanderson9

Esta historia es algo diferente a lo que os tengo acostumbrado, pero bueno, tenía ganas de escribir algo así. Aún así, como sois lxs mejorxs, mediante los mensajes que me habéis enviando durante estos días de promoción en Instagram, me habéis hecho saber que, escriba lo que escriba, os va a gustar, y eso da ánimos a cualquiera :')

Como siempre, os pido que dejéis vuestro votito [es un capítulo muy largo :')] y vuestra opinión en los comentarios de lo que os ha parecido. Sé que a la mayoría no hace falta que os diga nada, pero; jeje. Gracias de antemano porque sé que lo vais a hacer.

¡Espero que estéis igual de emocionadxs que yo!

Y ahora, ¡¡¡ A LEER !!

Había llegado el momento de regresar a mi pueblo natal. Hacía cinco años que no volvía por allí, debido al divorcio de mis padres. A pesar de que pasé toda mi infancia en aquel lugar, mis padres llegaron al acuerdo de que yo tendría que irme a vivir con mi madre a Portland, y mi padre me visitaría algunos fines de semana y durante las vacaciones de invierno. En las de verano, siempre me organizaba un viaje de acampada que yo esperaba impaciente el resto del año. Mi relación con ambos era inmejorable, pero mi madre llevaba dos años de noviazgo con Dan; un buen tipo que apenas veía, puesto que casi siempre estaba viajando a causa de su trabajo. A pesar de la insistencia de este porque le acompañásemos en algunos de ellos, mi madre siempre se negaba con la excusa de que tenía que trabajar y que yo no podía dejar mis estudios y entrenamientos durante semanas por ello. Sin embargo, yo era consciente de que aquella era una excusa para no molestar a mi vida. Así que, cuando Dan nos contó durante una cena que tenía que marcharse durante tiempo indefinido a África, yo, al ver el rostro tan apenado de mi madre, no dudé ni un segundo en animarle a que se fuese con él. Al principio se negó, pues no quería dejarme atrás, pero, tras varios discursos por mi parte diciéndole que sabía que aquello era lo que ella deseaba, y que yo sería feliz junto a mi padre, lo meditó mejor y aceptó. Echaría mucho de menos a mis amigos, pero prefería eso a verla medio deprimida cada día. Nada más le comunicamos la noticia a mi padre, este empezó a organizarlo todo con gusto para mi llegada.

Y así empieza mi historia, metiendo las maletas en la camioneta negra de mi padre frente a la que hasta entonces había sido mi casa.

—¿Estás seguro de que lo llevas todo? —preguntó mi padre nada más cerró la compuerta trasera del vehículo. Era un hombre de cuarenta y pocos años, alto, con un físico envidiable, el pelo castaño y los ojos color miel; estas dos últimas cosas las había heredado de él. Aunque, a diferencia de mí, ya tenía algunas que otras canas por los laterales.

—Sí —asentí con firmeza—. Creo —carcajeé tras varios segundos en los que nos mantuvimos la mirada, a lo que mi padre rodó los ojos.

—¡Tyler! —exclamó mi madre desde la puerta de la casa, haciendo que ambos nos girásemos hacia ella. Se acercó a nosotros y, sin más, me abrazó por el cuello con tanta fuerza que me hizo hasta daño—. Pórtate bien y disfruta todo lo que puedas —añadió con la voz quebrada y sin llegar a soltarse de mí. Mi madre era una mujer con el pelo castaño claro y unos preciosos ojos verdes que yo no había sacado.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora