Capítulo 45.

1.8K 194 139
                                    

***ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS +18. NO ME HAGO RESPONSABLE DE LO QUE PUEDA PROVOCAR EN MIS LECTORES.***

—Tyler, ¿qué estás diciendo? —escuché decir a mi padre a mis espaldas.

Por el contrario, el señor Miller no dijo nada, tan solo se quedó mirándome fijamente a los ojos durante unos segundos hasta que, sin más, soltó un gruñido y se abalanzó contra mí. Justo cuando estaba viendo cómo su puño estaba a punto de impactar contra mi cara, un cuerpo se antepuso entre nosotros; el de Ryan. Agarró el cuello de la chaqueta de su padre y le dio un empujón tan fuerte que consiguió alejarlo a más de un metro de mí.

—¿Ahora sí sacas la poca hombría que te queda?¿Y encima contra mí?¿Contra tu padre? —aunque el señor Miller estaba hablando en un tono bastante agresivo, la expresión de su rostro era animada. Por un momento pensé que estaba loco.

—¡Cállate! —gritó Ryan con la desesperación apoderándose de su voz—. ¡Estoy harto de actuar como el hijo perfecto que tanto mamá como tú siempre habéis deseado! Me habéis obligado tanto a actuar que a veces ni si quiera sé quién soy —su garganta se quebró—. Estoy muy cansado de intentar haceros sentir orgullosos —soltó un sollozo que hizo que se cogiera un pellizco en mi pecho.

—¿Orgullosos? Nunca lo has conseguido —dio un par de pasos hacia su hijo hasta que las caras de ambos quedaron a pocos centímetros—. Por mucho que hicieras, siempre hemos sabido lo que eras en realidad. Aunque debo admitir que hubo un tiempo en el que incluyo llegamos a creer que aún habría esperanza en que fueras normal, pero todo se acabó cuando supimos que ese niñato había vuelto —desvió su mirada en mi dirección para dedicarme una mueca de asco.

—No voy a consentir que vuelvas a dirigirte de esa manera a Tyler —murmuró Ryan algo cabizbajo.

—¿Qué has dicho? —preguntó confuso.

—Lo has oído perfectamente —alzó su cara para desafiar con la mirada a su padre.

—¿Y qué vas a hacer si no? —soltó una carcajada—. Ni si quiera su padre está dispuesto a defenderle —señaló a este, provocando que tanto el rubio como yo nos girásemos levemente para contemplar cómo mi padre estaba contemplando la escena, aún algo en shock.

—¿Aún no lo entiendes? —volvió a hablar Ryan una vez regresó la atención al señor Miller—. No nos hace falta que estéis de acuerdo, tan solo que nos respetéis.

—Ryan, cierra la puta boca. Ya está bien —le agarró con fuerza del brazo—. Seguiremos esta conversación en casa —aferró tanto sus dedos que Ryan no pudo evitar soltar un quejido de dolor.

Yo, al imaginarme lo que seguramente el señor Miller estaba pensando en hacerle a su hijo en casa, no pude soportarlo y me acerqué a ellos para coger la muñeca de este y deshacer el agarre.

—No va a ir contigo a ningún sitio —mascullé, soltando de mala manera su mano.

—Robert, será mejor que te vayas o llamaré a la policía —intervino John Anderson, provocando que el señor Miller le mirase con el ceño fruncido.

—Tyler, recoge tus cosas, nos vamos —escuché decir a mi padre en un tono neutro de voz.

—¿Qué? —le miré extrañado—. Pero...

—Ya me has oído —me interrumpió, clavando sus ojos en los míos. Por primera vez en mi vida pude ver la decepción en la mirada de mi padre. Aquello me dejó una sensación en el cuerpo que no supe ni reaccionar.

—Me alegra no ser el único que os ve como enfermos —comentó el señor Miller, haciendo que el amargor que sentía fuera en aumento—. Este cuento de mierda que os habéis creado ha llegado a su fin —soltó una risa leve, pero llena de maldad.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora