Capítulo 31.

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Nuestros labios permanecieron unidos durante unos segundos hasta que Luke pareció reaccionar y se separó alarmado. Giró su cara hacia un lado y se tapó la boca con la mano.

—Lo siento, Tyler. No he debido hacerlo —dijo sin querer enfrentar mi mirada.

—Luke.

—Lo siento, de verdad —me interrumpió apurado.

—¡Luke! —alcé la voz para que dejase de hablar, a lo que el moreno al fin me miró con cierto temor. Acerqué de nuevo mi cuerpo al suyo y llevé una mano hasta la que él aún tenía tapando su boca—. No me pidas perdón —se la aparté y la dejé, junto con la mía, sobre su regazo.

—Pero te he besado —murmuró avergonzado.

—Y yo me he dejado —simulé una pequeña sonrisa de lado.

—¿No te sorprende? —frunció el ceño.

—Un poco, la verdad —arrugué mi nariz—. Pero, en cierto modo, siento como si esto debiera pasar tarde o temprano —añadí confuso—. No lo sé, no lo entiendo —me llevé una mano al pelo para desordenármelo.

—Tyler —me llamó, haciendo que alzase mi cara, ya que me había quedado cabizbajo—. No quiero que te preocupes por el beso. Sé que quieres a Ryan, pero no he podido soportarlo más —chistó con la lengua.

—¿A qué te refieres? —alcé una ceja. Luke, al escucharme, soltó un suspiro.

—Llevo mucho tiempo queriendo expresarte con palabras lo que siento por ti, pero nunca me he atrevido —se encogió levemente de hombros—. Así que esta es la mejor manera que he tenido de hacerlo —bajó la cabeza—. Sé que no es la más correcta, pero hay momentos en los que me desespero y...

—Luke —coloqué dos de mis dedos bajo su barbilla para que levantara la cara y me mirase—. ¿Qué sientes por mí? —fijé mis ojos en los suyos.

—Cuando te volví a ver aquella noche en la playa, sólo tuve curiosidad por cómo serías ahora —comenzó a hablar tras unos segundos en silencio—. Pero, conforme te fui conociendo, cada vez me sentía mejor a tu lado. Aunque intenté controlarlo porque sabía lo que había entre Ryan y tú, no pude hacerlo. Verte con él me hacía sentir una rabia que no entendía. Quería que me prestases atención sólo a mí —su voz parecía que se iba a quebrar de un momento a otro—. Sabía que no estaba bien y aún así me dejé llevar —sorbió rápida y brevemente por la nariz a la vez que se la limpiaba con la manga de su camiseta—. Después de darle muchas vueltas, comprendí lo que me pasaba —endureció el tono y volvió a clavar su mirada en la mía—. Me había enamorado de ti.

Escucharle hablar con tanta sinceridad y fragilidad me hizo sentir bastante angustia al pensar que Luke había sufrido por mi culpa. Él era la persona que sanaba todas mis heridas emocionales, no era justo que yo fuera quien le ocasionara las mismas. Los latidos de mi corazón se aceleraron, al igual que mi respiración, y las ganas de llorar se apoderaron de mis ojos y garganta.

—¿Te he hecho daño? —pregunté con la voz temblorosa.

—¿Qué?¡No, no, no! —negó con la cabeza y colocó sus manos en mis hombros—. Si he sufrido ha sido por mi culpa, tú no has hecho nada malo —se esforzó en dedicarme una sonrisa que me dieron más ganas de llorar.

—Sí que lo he hecho —mis lágrimas comenzaron a desvordarse de los ojos—. Aunque no fuera consciente del todo, sabía que algo estaba ocurriendo entre nosotros y aún así no he hecho nada por pararlo —solté un sollozo involuntario que dio paso a un llanto silencioso, pero igual de dolosoro.

—Tyler, escúchame —deslizó sus manos hasta mi cuello para que así le mirase, puesto que me había quedado cabizbajo para que no me viera llorar—. No pasa nada, ¿vale? Entiendo lo confuso que debes haber estado todo este tiempo. Yo también lo estuve al identificar mis sentimientos por ti —dio caricias en mi piel con sus pulgares—. Pero lo único que me hace sufrir es verte mal, así que no llores por mí —soltó una carcajada llena de tristeza.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora