Capítulo 27.

2.3K 304 403
                                    

Al contemplar tal escena, me quedé algo confuso por aquella actitud tan cariñosa por parte de los dos. Es decir, claro que me alegraba que Luke le brindara su apoyo a Ryan, pero era extraño que se abrazaran. Sabía que llevaban siendo amigos desde pequeños, pero siempre estaban picándose el uno al otro, y eso sin incluir los celos que Ryan en ocasiones le tenía al moreno. Pero, lejos de lo que yo opinara, fue un momento bonito a la par que triste.

—Sabes que no haces nada malo, ¿verdad? —escuché que Luke murmuraba en el oído de Ryan, a lo que este último se encogió de hombros, sin atreverse a levantar la cara del cuello del moreno.

Yo, como no quise interrumpir, simplemente cerré la puerta de manera sigilosa para que nadie de fuera pudiera vernos.

—Luke, ¿sabías que el padre de Ryan le hacía esto? —pregunté una vez me acerqué de nuevo a ellos.

—En realidad, es algo más complejo —contestó al girar su cara hacia mí, provocando que el rubio se fuese separando lentamente de él—. ¿Desde cuándo llevas aquí? —volvió a mirar a Ryan.

—Vine anoche —respondió este, intentando que no se le escapara ningún sollozo al hablar—. Me fui de casa sin decir nada —se limpió los ojos con la manga de su, mi, sudadera.

—¿De verdad crees que esa es la solución? —Luke se cruzó de brazos.

—No —musitó cabizbajo.

—Lo creas o no, tus padres deben estar preocupados, Ryan —puso una mano en el hombro del rubio.

—¿Por qué iban a importarme sus sentimientos si ellos ni se preocupan de los míos? —endureció el tono de su voz.

—Porque tú no eres como ellos —frunció el ceño y ambos se quedaron mirándose a los ojos durante unos segundos.

—¿Alguien me puede explicar qué es lo que pasa? —intervine, provocando que ambos me mirasen.

—Digamos que el padre de Ryan es demasiado estricto con lo que quiere o no para su hijo —respondió Luke en el mejor tono que pudo, ya que la situación no acompañaba.

—¿Por qué tengo la sensación de que hay algo más, pero no me lo queréis decir? —me crucé de brazos, mirándoles con una ceja alzada.

—Ryan —le llamó el moreno, haciendo que reaccionase, ya que se había quedado mirando al suelo.

—Debería volver a casa —murmuró algo distraído.

—Pero... —intenté protestar.

—Tyler, muchas gracias por dejar que me quedara —me interrumpió, acercándose a mí para poner sus manos en mis hombros—. Te prometo que te lo compensaré, ¿de acuerdo? —clavó sus ojos en los míos, queriendo decirme con ellos que su cambio de actitud se debía a la presencia de Luke.

—¿Estás seguro? —me moría de ganas por tocarle, así que, el no poder hacerlo, provocó que se me empezara a formar un nudo en la garganta.

—Lo siento —susurró apenas audible; sólo para mí.

—¿Quieres que te acompañe? Puedo decirle a tus padres que has estado en mi casa —dijo Luke justo cuando el rubio bajó las manos y me soltó.

—Gracias, eso me sería de ayuda —respondió al girar su cabeza hacia el moreno y dedicarle una pequeña sonrisa de lado—. Mañana nos vemos en el instituto —añadió al volver a mirarme.

—Está bien —contesté algo confuso—. Te llevaré tus cosas —dije nada más pasó por mi lado para dirigirse a la puerta.

—No hace falta, vendré a por ellas otro día —se volteó hacia mí y me dedicó una leve sonrisa.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora