Capítulo 16.

3.7K 380 422
                                    

Nada más sentí de nuevo la calidez de la boca de Ryan, mi primer impulso fue seguir disfrutando de aquellos labios tan suaves y carnosos, pero mi conciencia reaccionó y me lo impidió, así que puse las manos en los hombros del rubio y le fui separando con cuidado hasta que este abrió los ojos y me miró extrañado.

—¿Qué quiere decir eso? —pregunté, intentando mantener mi mirada en la suya y no bajarla hasta sus labios para contemplar lo rojos que estaban estos del roce con los míos.

—Me gustas desde el primer día que te vi, Tyler —musitó a la vez que echaba con cuidado mi flequillo hacia atrás. Escuchar aquellas palabras hizo que algo se revolviera en mi interior.

—¿Y qué pasa con Brittany? —tartamudeé confuso, a lo que Ryan rodó los ojos.

—¿De verdad quieres que hablemos de ella en este momento? —se incorporó hasta quedar sentado de nuevo en el sofá.

—No —negué una vez le imité, aunque no estaba muy seguro de mi respuesta—. Pero, entonces, ¿por qué me tratabas así al principio? —fruncí el ceño, viendo cómo el rubio inhalaba aire y lo soltaba en un pequeño suspiro.

—Porque no quería que mis sentimientos por ti fueran a más —giró su cara hacia la mía—. Nunca habría imaginado que algún día hubiéramos podido acabar así —llevó su pulgar hasta la comisura de mi boca para limpiar algo de ella—. Pero, por mucho que lo intentase, era inútil —se mordió disimuladamente el labio inferior.

—No lo entiendo —me rasqué nervioso el cuello.

—Antes me has preguntado si soy el Ryan real con alguien, ¿verdad? —subió una pierna doblada al sofá para que su cuerpo quedara mirando al mío. Yo asentí—. Pues la respuesta es sí —agarró mis manos con las suyas y las dejó sobre mi regazo—. Contigo —sonrió levemente de lado.

—¿Y por qué conmigo sí?

—No lo sé —se encogió de hombros—. Por algún motivo, contigo me siento seguro de lo que soy.

—Ryan, yo no soy gay —me zafé disimuladamente de sus manos.

—Yo tampoco —alzó la voz, agarrando esa vez mis muñecas.

—Pero si acabas de decir que te gusto —arrugué el ceño.

—Sólo tú —clavó su mirada en la mía—. Aunque mi mente no lo comprenda, mi corazón sí lo hace —sus ojos comenzaron a aguarse—. Si tú no sintieras algo parecido, ¿por qué me has besado entonces? —añadió con la voz quebrada.

Tras unos segundos en los que me quedé contemplando el celeste de sus iris siendo rodeados por la rojez de estar aguantando las lágrimas, sentí cómo mi garganta empezó a doler por culpa del nudo que se estaba formando en ella. Aquella pregunta me había dejado mudo al hacerme ver al fin que lo que yo estaba sintiendo por el rubio no era algo normal entre amigos. Aunque llevaba días dándole vueltas a mis sentimientos, no había podido identificarlos bien; o mejor dicho, no quise. Pero, para ser justos, fue difícil que lo hiciera, puesto que nunca había sentido algo igual por alguien.

—Ryan, no entiendo lo que siento por ti... —bajé mi mirada a nuestras manos—. Sólo sé que te echo mucho de menos cuando no estás —la alcé con timidez nada más dejé de hablar. Con mis palabras provoqué que el chico se me quedara mirando serio durante unos segundos hasta que una lágrima cayó por su mejilla—. ¿Estás bien? —pregunté preocupado, haciendo que al fin reaccionase.

—Sí, sí —se la limpió con la mano y sorbió con fuerza por la nariz—. No me lo esperaba, me ha pillado por sorpresa —carcajeó para ocultar sus verdaderas emociones.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora