Capítulo 20.

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Ryan no regresó al entrenamiento. Todos, incluido el entrenador, se preguntaban qué era lo que le había ocurrido al capitán para reaccionar, cuando él siempre tenía un comportamiento idóneo; era el chico perfecto de Hookside. Obviamente yo sí que sabía qué era lo que le había enfadado tanto, pero hice todo mi esfuerzo por no salir corriendo detrás de él. Además de que hubiera sido de lo más sospechoso, medité que Luke y yo no habíamos hecho nada malo, o al menos no tanto como lo que Ryan le estaba haciendo a su propia novia... y a mí.

Cuando el entrenamiento terminó, me duché lo más rápido posible, poniéndole a mis amigos la excusa de que tenía que hacer algunos recados y un trabajo de astronomía; esto último no era mentira, pero aún tenía una semana para entregarlo. Salí del instituto y puse rumbo hacia la casa de los Miller. Antes de atravesar el jardín, inhalé una bocanada de aire y, tras soltarla por la boca, me acerqué al porche. Justo cuando iba a llamar a la puerta, esta se abrió.

—Oh, ¡hola! —saludó con alegría la señora Miller.

—Hola —respondí sorprendido, puesto que no me esperaba que esta apareciera tan de repente—. ¿Está Ryan en casa? Se me ha olvidado darle unos apuntes y...

—Pasa, pasa —se hizo a un lado para que me adentrara en el recibidor—. Está en el salón —señaló este con su mano—. Yo tengo que irme ahora, pero siéntete como en casa —me dedicó una dulce sonrisa.

—Gracias, señora Miller —se la devolví y me volteé para ver cómo salía por la puerta.

—Divertíos —me guiñó un ojo, a lo que yo asentí.

"Sí, seguro" pensé con sarcasmo.

—Mamá, ¿quién...? —escuché decir al rubio a mis espaldas, haciendo que me girara hacia él—. ¿Qué haces aquí? —se cruzó de brazos.

—¿Que qué hago? —solté una carcajada falsa, acercándome un poco más a su cuerpo—. He venido a hablar contigo. ¿Por qué te has ido del entrenamiento?

—No tenía ganas de aguantar los comentarios de Luke —hizo una mueca de disgusto con la boca.

—Él sólo estaba bromeando —rodé los ojos.

—Lo que tú digas... —bufó, quitando su mirada de la mía.

—Ryan —me acerqué hasta quedar a menos de un metro de él—. ¿No se suponía que querías mantener lo nuestro en secreto? —llevé mis manos hacia las suyas y, a pesar de que el rubio no estaba receptivo, conseguí agarrarlas—. Actuando así lo único que conseguirás será llamar la atención.

—No puedo evitarlo —murmuró cabizbajo y con timidez—. No me gusta que nadie diga esas cosas de ti —añadió una vez se atrevió a fijar su mirada en la mía.

—¿Eres consciente de lo egoísta que estás siendo? —intenté decir en el mejor tono que pude. No quería discutir, pero sí hacerle recapacitar sobre su comportamiento.

—¿Por qué? —frunció el ceño.

—¿Bromeas? —carcajeé confuso—. Tú no quieres terminar tu relación con Brittany, pero, en cambio, te molestas al mínimo acercamiento que tengo con Luke o cualquier otra persona —deshice nuestro agarre, provocando que el chico bajara su mirada hacia nuestras manos.

—Ya te dije que lo de Brittany era para no levantar sospechas —endureció el tono—. ¿Crees que disfruto con esto?

—Ni si quiera sé que pensar —al escucharle, no pude evitar levantar la voz.

—Pues déjame que te lo aclare... —acercó su cara a la mía—. No —añadió contundente—. ¿Puedes decir lo mismo de lo que sea que haya entre Luke y tú? —alzó una ceja con chulería.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora