Capítulo 44.

1.6K 204 180
                                    

—Mi padre... —murmuró Ryan, dando inconscientemente un par de pasos hacia atrás.

—Ryan —le llamé preocupado al ver el miedo que invadió su mirada; a pesar de llevar el casco puesto, pude verla con claridad—. Ryan —le agarré del brazo para que reaccionase, ya que se había quedado inmóvil mirando hacia las gradas. Una vez giró su cara en mi dirección, continué hablando—. No va a hacerte nada —endurecí el tono.

—Pero...

—Te lo prometo —clavé mis ojos en los suyos, a lo que el chico asintió aún algo temeroso. Le di una palmada en la espalda y, sin más dilación, echamos a correr hasta nuestras respectivas posiciones.

∘ ━━━━━━━━━━━━✧━━━━━━━━━━━━━ ∘

Aquel partido fue el más duro que habíamos jugado en lo que llevábamos de temporada. A la mayoría de mis compañeros apenas les quedaban fuerzas en la última parte, pero aún así lo dieron todo hasta que finalizó. Aunque nos pareciera increíble, ganamos por una diferencia de tres puntos. Obviamente, yo me alegraba de la victoria de mi equipo, pero también me sentía mal por mis excompañeros de Portland. Había jugado con ellos durante años, y aquella noche los destruí a base de touch downs. Luke fue mejor defensa que nunca, Scott se sumió en una concentración que pocas veces le había visto, y Ryan, a pesar de que al principio siguió un poco nervioso por la presencia de su padre, le bastó con que uno del equipo contrario me placara brutalmente para que volviera en sí y demostrara lo que era; el capitán de los Black Bears.

Antes de irnos a los vestuarios, mis amigos de Portland y algunos que otros excompañeros se acercaron a felicitarme y preguntarme cómo me iba por Hookside. A decir verdad, me daba un poco de vergüenza hablar con ellos después del partido tan intenso que habíamos jugado, pero se me pasó gracias a algunas bromas de Todd y Tom. Todo fueron risas hasta que el señor Davis me llamó a gritos para que volviera junto a mi equipo. Carl dijo que seguramente el entrenador no querría que hablara mucho con ellos por si me convencían de volver a Portland. Al principio pensé que tan solo era una broma, pero, cuando me acerqué al entrenador y vi lo amable que estaba siendo conmigo, cosa que nunca ocurría, empecé a creer que de verdad podría tener cierto miedo a perderme.

Una vez ya en los vestuarios, todo el equipo celebró la victoria, como si ya hubiésemos ganado la liga o algo así. Cómo no, me hicieron comentarios de burla hacia mis excompañeros que tuve que soportar hasta que llevé mi mirada al fondo del vestuario y vi a Ryan sentado cabizbajo. En ese momento me dio igual todo y me escabullí entre mis compañeros para llegar hasta el rubio.

—Capitán, ¿estás bien? —simulé un tono animado, aunque yo sabía que para nada lo estaba.

—Uhm —asintió sin ni si quiera alzar su cabeza.

—Ryan —me puse de cuclillas, apoyando mis manos en sus rodillas, para así conseguir mirarle a la cara. Cuando nuestros ojos entraron en contacto, continué—. No tengas miedo, te he prometido que no te va a pasar nada —di caricias disimuladas en sus rodillas—. Confía en mí —le dediqué una pequeña sonrisa que, aunque le costó, acabó devolviéndome.

—¡Fiesta en mi casa! —exclamó Kevin, quien estaba subido a uno de los bancos, ya desnudo de cintura para arriba y dándole vueltas a la camiseta que tenía en su mano. Nada más le escucharon, el resto comenzaron a gritar afirmativas y a vitorear su nombre.

—Eh, chicos, ¿vais a venir? —intervino Scott una vez se acercó a nosotros.

—No creo, no tengo muchas ganas —dije nada más me puse en pie.

—¿Qué estás diciendo? Tienes que celebrar la paliza que les has dado a tus ex equipo —rodeó mis hombros con uno de sus brazos.

—De verdad que no, Scott —arrugué mi nariz y señalé con mi cabeza en dirección a Ryan. El pecoso llevó su mirada hasta este y, al ver el estado de ánimo que tenía, me miró y asintió.

EL SECRETO DE TYLER JONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora