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Cuando Sua despertó, Siyeon ya no estaba ahí, ni siquiera se dió cuenta de cuando dejó la habitación, revisó la hora ya eran las 9:00 de la mañana, pero no tenía ningún plan de dejar la cama por el momento. Después de todo era domingo. Después de todo Siyeon aceptó sus disculpas y después de todo no creía que Jiu estuviera despierta hasta después del medio día, le debía una disculpa también a ella.



Jiu despertó en su cama con Yves a su lado, al ir recordando poco a poco lo que paso la empujó con fuerza  haciéndola caer y golpearse en el suelo, ella era incapaz de recordar algo luego de que Yves y Sua la embriagaran completamente.

—¿Qué pasó?—Yves se levantó asustada por el repentino despertar para nada cómodo.

—¡¿Qué me pasa?!—Jiu no podía creerlo—¡¿Me estás preguntando que qué me pasa?!

—Si, eso es exactamente lo que estoy haciendo—Yves se sobó la cabeza, debido al golpe y la resaca—deberías tratar de relajarte, tanto cambio de humor le puede hacer daño a tu corazón.

—¡Tú!—Jiu se acercó y empezó a empujarla con el dedo—Tú lo planeaste, y por tu culpa ahora tengo este horrible dolor de cabeza y una laguna mental sobre lo que pasó luego de que me dejaron sola contigo.

—A ver primero que nada, buenos días—Yves le sonrió sin ganas—si me dolió la caída, gracias por preguntar.

—Deja de hacerte la tonta y mejor dime que nada estúpido pasó ayer—Jiu le dió una mirada severa—y más vale que me lo cuentes todo rápido porque a diferencia tuya tengo muchas cosas que hacer.

—Como invitarme desayuno para empezar.

—¡Yves!

—Está bien, está bien. Pero no te enojes conmigo, tú me pediste que te cuente, recuerdalo...



Siyeon fue temprano a su casa para cambiarse y no preocupar a su madre ni a su hermana. Después de todo dudaba de que Sua hubiera avisado que llegaría tarde ayer. Pero sabía que debía ir donde Yoohyeon, tenía que ayudar a acomodar las cosas y disculparse por desaparecer de la fiesta sin decir palabra alguna.

—Ni siquiera llegaste y ya te vas—Gahyeon se restregaba la cara.

—Ya sabes que confío en ti hija pero la próxima avisa donde estarás y que harás—su mamá se acerca al escuchar a sus hijas.

—Lo siento mamá. No volverá a pasar te lo prometo pero tengo que ir a ayudar a Yoohyeon, la obligación me llama.

—Más te vale que esa obligación también te haga traer unas donas para el desayuno—Gahyeon bromeó. Y su mamá se rió al escuchar a la más pequeñas—Yo creo que si nos merecemos unas donas por la preocupación.

—Si eso quieren, eso tendrán—Siyeon agarró las mejillas de su hermana con cariño—ahora si me disculpan.

—Ten cuidado—Gahyeon sonrió.

En el camino Siyeon pensó en unas mil excusas para explicar su comportamiento de anoche pero sabía que de todas maneras Yoohyeon entendería. Lo que le preocupaba era lo que había pasado con Jiu anoche, ella no se veía para nada bien luego de eso.

—Pero miren quién está aquí—Dami la recibió, al parecer ya no había nada que limpiar en la casa, todo estaba como si nada hubiera pasado ayer—sí soy muy buena con la limpieza, lo sé. Y me merezco una insignia a la mejor amiga, también lo sé—este último comentario lo dijo más como un reproche.

—Lamento no haberme quedado anoche, pero...

—Sua—Yoohyeon apareció e interrumpió a Siyeon, mientras se apoyaba en Dami—lo sabemos—sonrió ampliamente—prioridades.

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