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Sua y Siyeon se dirigieron al parque que se encontraba cerca de la casa de Siyeon, se mantuvieron en silencio durante el camino, pero una vez llegaron Sua habló.

—Entonces, ¿la historia larga?

Siyeon al principio dudo, pero Sua le brindaba un tipo de confianza, como si alguna parte de ella le dijera que estaba bien contarlo.

—Bueno, habrás notado que en casa no hay mi padre ¿verdad?—Sua asintió con la cabeza, prestando mucha atención a lo que Siyeon le contaría—pues...

Siyeon se detuvo, recordar de por sí le traía una mala sensación.

—Si no quieres contarme no hay problema, yo entiendo.

—No—Siyeon miró a Sua, su mirada le brindaba un tipo de tranquilidad que no podía explicar—si quiero contarte.

Y así comenzó Siyeon, a explicarle como fue que su padre pasó a ser un recuerdo doloroso del pasado.

—Mi madre y mi padre tenían una relación tóxica, por así decir. Lo cierto es que mi padre abusaba física y mentalmente de mamá—la expresión de Siyeon entristeció—ella sabía que estaba mal, pero realmente lo amaba. Quiero decir, mi padre no era malo todo el tiempo, tenía sus momentos buenos. Pero estos eran nada comparados con los momentos malos.

La voz de Siyeon se cortó por un momento, Sua notó lo mucho que le dolía hablar de esto, así que se acercó y le sostuvo la mano.

—No puedo odiarlo, tampoco era del todo su culpa. El tenía un problema sabes, se trataba de un trastorno. Trastorno explosivo intermitente dijo el psicólogo, él realmente quería cambiar, ser un mejor hombre.

Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

—Un día, Gahyeon sólo tenía 4 años. Mamá había ido al supermercado, papá no había tenido crisis en un buen tiempo, pero ese día—Siyeon hizo una breve pusa—ese día Gahyeon había sacado todos los documentos que papá presentaría en su trabajo, dejándolos por el suelo rayados con colores.

Sua escuchaba atentamente, dando pequeñas caricias con su pulgar en la palma de Siyeon.

—Papá enloqueció, él comenzó a golpear a Gahyeon, yo... yo traté de detenerlo pero no pude—Siyeon comenzó a llorar—yo no pude protegerla.

Sua no pudo evitar que unas cuantas lágrimas también recorrieran sus mejilla.

—Cuando mamá llegó Gahyeon estaba muy mal, llamaron a la ambulancia, papá estaba tan arrepentido. Gahyeon pudo recuperarse pronto de aquello, los doctores dijeron que unos golpes más y tal vez ella no estaría viva para contarlo.

—Pero no fue culpa tuya—Sua intentó consolar a Siyeon.

—Luego de eso papá huyó, lo último que supimos fue que sufrió un accidente automovilístico y falleció. Si te soy sincera, no creo que hubiera sido un accidente. Mamá sufrió mucho y le costó volver a ponerse de pie. Pero lo hizo. A veces siento que se siente culpable y por eso trata de recompensarlo con todo su trabajo y ciertas libertades que nos da.

Sua se quedó en silencio unos segundos, procesando la historia de Siyeon, de cierta manera ahora entendía porque sobreprotegía tanto a Gahyeon.

—De verdad lo siento.

—Tranquila, ya las heridas cicatrizaron—Siyeon intentó sonreír—desde aquel día me prometí que nadie lastimaría a mi familia, no si estoy yo para evitarlo.


El ambiente en la habitación se tensó, Jiu sabía muy bien que cometió un gran error al dejar que todo esto avanzará hasta aquí. Se alejó, dejando un gran espacio entre ambas.

En tus zapatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora