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Yoohyeon estaba demasiado nerviosa como para poder pensar en una respuesta.

—No sé... a qué... te refieres.

Jiu no respondió inmediatamente, la observó detenidamente por unos segundos. La habitación estaba a oscuras era poca la luz que se introducía por la ventana, así que a Yoohyeon se le facilitó ocultar sus expresiones.

—Tú sabes a lo que me refiero.

—Jiu es mejor que te cambies y volvamos a la fiesta de una vez.

Yoohyeon estaba a punto de abrir la puerta y salir, pero fue detenida por la rubia que debido a su estado terminó haciendo que ambas tropezaran y se cayeran en el suelo.

A Yoohyeon le tocó la peor parte ya que su espalda recibió el golpe de la caída, mientras que Jiu fue amortiguada por el cuerpo de ella.

—¡Auch!—se quejó mientras intentaba recomponerse pero el peso de Jiu no la dejó.

—Lo siento—derrepente Yoohyeon fue consciente de la cercanía de la otra chica y estaba a punto de entrar en pánico, esto no era para nada lo que esperaba que sucediera hoy—pero me sigues debiendo una explicación—su voz seguía siendo suave pero sin embargo había seriedad en su tono.

—No estoy... molesta contigo—Yoohyeon trataba de esquivar su mirada.

—Entonces ¿por qué no quieres hacer el trabajo conmigo?—Jiu hizo un puchero—he notado que me estás evitando, ¿hice algo mal?.

A Yoohyeon se le iba a salir el corazón ahí mismo, como podía ser tan tierna pensó.

—No... Tú no hiciste nada malo.

—¿Entonces?

Jiu se acercó más para que ambas pudieran verse a los ojos, ella estaba encima de Yoohyeon con ambos brazos apoyados a cada lado de su cabeza.

Esto era una pesadilla y al mismo tiempo un sueño para Yoohyeon.

—Y ¿de qué querías hablar?—Una tonta sonrisa acompañaba la pregunta de Siyeon.

—Creo que ya has tomado mucho ¿te estás divirtiendo?

—No lo sé, pero me siento algo rara, no en el mal sentido pienso...

—¿Piensas?

—Sí... pienso...

Sua no pudo evitar reírse, con que así es como ella luce cuando tiene unas copas de más.

—Creo que no me queda más que cuidarte está noche ¿no?—Sua se acercó a Siyeon—después de todo es mi reputación la que está en riesgo.

—Fue tu idea—Siyeon le sacó la lengua—es tu culpa.

—Te dije que no te dejarás con Yves—tocó la punta de su nariz con su dedo logrando con eso que Siyeon se mareara un poco.

—Sí, sí como si fuera tan fácil. Se suponía que llegarías más temprano.

—Lo sé, pero nos tardamos tratando de convencer a Yoohyeon de venir, tu amiga puede ser muy testaruda cuando se lo propone.

—Y ¿tú no piensas divertirte hoy?

—Es divertido verte así.

—¿Qué?

—Que es hora de volver ¿estás bien sí?

—Bien, muy bien.

Ambas salieron del baño y volvieron al lugar donde antes habían dejado a sus amigas, pero sólo se toparon con Dami.

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