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La vida de Siyeon había dado un giro completo, jamás se hubiera imaginado que terminaría pasando la mayoría de su tiempo con Sua, que estaría practicando la coreografía para la competencia de las porristas y que sus anteriores problemas pasarían a segundo plano porque primero necesitaba arreglar todo el caos que implicaba el intercambio de cuerpos.

—¿Estás bien?

Gahyeon observaba a su hermana que se encontraba más pensativa de lo normal, no han hablado mucho en estos días y cree que tal vez algo la inquieta.

Siyeon deja escapar sus pensamientos para prestarle atención a su hermana menor.

—Sí, ¿por qué?—le dedicó una sonrisa —¿parezco mal?

—No lo sé pero ya sabes Yoohyeon y Dami no han venido en semanas, tú pareces diferente, hay días en los que no pareces tú, no sé si me explico. ¿Pasó algo?

Era cierto Yoohyeon y Dami la habían estado ignorando, Handong aconsejó no contarles acerca de la maldición, debido a que si para ellas era difícil entenderlo mucho menos podrían explicarlo. Siyeon se había mantenido ocupada con todas las actividades que debía realizar con Sua, y a parte sus estudios porque de ninguna manera se permitiría arruinar su rendimiento académico en su último año. Así que había tenido poco tiempo para arreglar las cosas con sus amigas, o tal vez simplemente quería evitar cualquier tipo de estrés extra, sea como sea sin duda debía resolverlo.

—Nada que deba preocuparte—dijo en un tono suave para tranquilizar a su hermana—más bien cuéntame tú ¿cómo estás?—acarició su mejilla y luego pellizco su cachete haciendo que soltará un pequeño gritito.

—En realidad—pensó muy bien las palabras que utilizaría, sabía lo sobreprotectora que podía ser Siyeon pero después de todo era su hermana y quería compartir su alegría con ella—conocí a alguien.

La expresión cariñosa de Siyeon cambió en un segundo, si alguien pudiera tomar una foto se toparía con el asombro grabado de alguien que se siente traicionado. Ella sabía que tarde o temprano llegaría este día pero Gahyeon siempre sería su bebé, alguien a quien debe cuidar a toda costa al igual que lo haría con su madre. Para Siyeon ellas eran lo más importante.

—¿Quién?

Su tono sonó frío y esto Gahyeon ya lo esperaba.

—Es un chico de la escuela, se llama Lucas y te puedo asegurar que es bueno.

—Invitalo a la casa, quiero conocerlo.

—No—esto saco de onda a Siyeon—recién estamos empezando a conocernos y no quiero que lo asustes—tomó sus manos y la miró a los ojos esperando que por primera vez su hermana confiara en ella y se diera cuenta de que ya no era una niña—sólo alégrate por mí, ¿sí?

Gahyeon le dio un gran beso en la mejilla a su hermana y se fue antes de que ella pudiera protestar.

A Siyeon le empezaba a doler la cabeza, sin duda alguna iba a averiguar quien era ese tal Lucas y cuál eran sus intenciones.

Pero primero debía arreglar uno que otro asunto.

—¿Estás segura de que Siyeon está de acuerdo con esto?

—¡Claro que sí!

Sua había convencido a Handong de hacerle un favor, lo cierto es que no habían arreglado las cosas del todo pero luego de que Jackson hablará bien con ella y llegará a la conclusión de que toda esta situación no fue del todo culpa de su amiga, le dio una oportunidad.

Aún recordaba muy bien su conversación.

—Lamento que las cosas se dieran así, yo lo arruine estrepitosamente.

En tus zapatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora