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—Odio mi vida.

—Yo también.

Sua y Siyeon se encontraban en la escuela, sentadas en una banca. Lo que habían hecho ayer no funcionó, el intercambio volvió a ocurrir y el amuleto volvió a aparecer como por arte de magia.

—¿Tú también odias mi vida?

Siyeon no pudo evitar reírse, a pesar de que sus intentos por arreglar la situación sólo terminaban en fracasos, Sua le sacó una sonrisa.

—Gracias, ahora mi día no será tan malo.

—Conmigo no—Sua le guiñó un ojo—pero ya en serio, todo este asunto lo único que ha hecho es quitarnos energía, estoy cansada.

—Tienes razón, yo también lo estoy.

—Es nuestro último año y apuesto que hasta tú quieres disfrutarlo, ¿qué te parece si olvidamos por un momento todo esto, y sólo nos enfocamos en hacer lo que queremos?

Siyeon la miró de reojo no muy convencida por lo último, después de todo Sua estaba en su cuerpo.

—Sin perjudicar a la otra, claro—agregó Sua, para tranquilizarla.

—Me parece bien.

Ambas se sonrieron, mirándose a los ojos, durante unos segundos en silencio.

—Entonces demos lo mejor de nosotras—Sua tomó su mano, lo que agarró de sorpresa a Siyeon.

—Las estaba buscando—Jiu interrumpió el momento acercándose por atrás y sobresaltando a ambas—¿Funcionó?

—No—Sua volteó para mirar a su amiga, un poco nerviosa—otra vez soy Siyeon.

—¿Por qué? No lo entiendo, no tiene sentido.

Jiu realmente se sentía mal por las chicas, pensó que realmente habían encontrado la solución.

—No lo sé, pero no importa.

—¿Cómo que no importa? Podemos seguir intentando. Seguro pasamos por alto algo.

—Jiu, dejemoslo así, al menos por un tiempo. Estamos cansadas, ya hemos intentado casi todo.

—Pero...

Sua colocó un dedo sobre la boca de Jiu para hacer que dejará de hablar.

—Sin peros.

El timbre de entrada sonó y las tres se apresuraron para llegar a clase, cuando llegaron cansadas por haber corrido, la mirada de los presentes se posó en ellas.

—Creo que ya todos saben cuál es el horario de entrada—el profesor de inglés las observaba.

—Sí, no volverá a pasar—Jiu se disculpó por las tres.

—Pasen.

Yoohyeon observaba como entraban las tres, ahora que lo pensaba le parecía tonto no haberse dado cuenta antes.

—Como saben, su proyecto se presenta de aquí a dos semanas, espero que estén trabajando en ello. Ahora sí comencemos con la lección.

Durante el receso, Sua se dirigió donde Yoohyeon y Dami, para sentarse con ellas.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?—Sua notó cierto aire tenso.

—Tal vez alguien quiera disculparse—Dami dijo mientras observaba a Yoohyeon quién había estado actuando extraño.

—¿Disculparme?—Diablos, Siyeon debería empezar a contarme ciertas cosas pensó Sua.

—Déjala—interrumpió Yoohyeon—estoy segura que tiene mejores cosas que hacer, como para querer disculparse.

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