xxxiv. al ritmo del vals

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¿Alguna vez han visto a Jun-so sonreír todo el día? si fuese hace 3 años sería algo completamente normal, pero, es la actualidad así que no sucede muy seguido. Eso piensan Daniel y James, sus guardaespaldas. Desde la mañana ha estado muy amable con ellos, por lo general es seria y los manda a ocuparse de sus asuntos. Hoy no hizo eso. Se levantó temprano y se arregló como si fuese a una boda. Es decir, siempre está bien arreglada como toda una dama pero hoy está más concentrada en su apariencia física de lo normal. También, después de desayunar, hizo más comida pesar de ya haberse alimentado, les parece extraño, y se sienten preocupados de que hayan olvidado que deben hacer algo importante.

— Señorita Kim ¿tiene algún evento en específico hoy? — pregunta uno de ellos tomando valor. No hacen este tipo de preguntas frecuentemente pero es la excepción.

— No, James... ¿Acaso una mujer no puede sentirse viva un día? la vida es tan hermosa — responde sonriente — hoy no vengan por mí. Los llamo si los necesito, ni se les ocurra llamarme ¿bien? ¡Nos vemos!

Se da la vuelta yéndose. Los hermanos se miran se confunden mucho más con su respuesta. Si se lo preguntan, sí, está muy enamorada, de nuevo. Sabemos que tal vez termine bien o mal pero... Dejemos que viva el momento de sentirse feliz otra vez ¿no creen? Las puertas del ascensor se abren y la pelinegra toca la puerta de la oficina asomando su cabeza, sonríe al ver a Han sentando en su escritorio con su elegancia de siempre. Jun-so pasa saludando con su mano a los demás trabajadores.

— Buenos días— saluda Han un tanto nervioso— ¿Qué trae ahí?

— Le traje desayuno, rollos de huevo con salchi-pulpos. Recién hechos. Los cociné yo misma. — deja el plato en la mesa

— ¿"Salchi-pulpos"?

— Son salchichas en forma de pulpo— explica. Han ríe levemente. Los empleados se miran entre sí porque pareciera como si solamente ellos dos estuvieran en la habitación — ¿quiere ir a almorzar a las 12?

— Claro — responde entusiasmada.

Jun-so hace un corazón con sus dedos y se marcha de la oficina yéndose a trabajar. Acordaron que en el trabajo serían formales pero le es imposible a los dos. Ji-pyeong sonríe abriendo la comida.

— Director Han, perdone que sea tan imprudente pero ¿usted y la señorita Kim están saliendo? — pregunta Park Dong-cheon al notar la escena tan romántica que tuvieron.

— Sí — responde metiendo un rollo de huevo en su boca, saborea — esto está delicioso, los mejores que he probado.

— ¿Me puede dar una salchicha?

— ¡No! — niega golpeando su mano que se acercaba a la comida con sus palillos — son míos, aléjate.

El chico rueda sus ojos volviendo a su computadora — quién lo diría... tanto que se quejaba y se enamoró de ella.

— ¿Qué dijiste, Dong-cheon?

— ¡Nada, nada!















El hombre conduce hasta su edificio mientras escuchan la radio y pasan un par de canciones. Fueron a cenar, les gusta comer juntos. Trataron de ser lo más cautelosos con respecto a su relación amorosa con los miembros de Cheongmyeong Company, ya que Jun-so no quiere que sea incómodo por todo lo que pasó, también que prefiere no contarle, simplemente que las personas se enteren por sí mismas.

— ¡Hola, Yeong-sil! — saluda Jun-so pasando al interior del apartamento, dando un vistazo rápido dándose cuenta que todo sigue igual como la última vez que lo vió.

— Señorita Kim, qué dicha verla de regreso. Bienvenida.

— Gracias, yo también te extrañé — sonríe.

— ¿Quieres ver una película? he querido ver algunas desde hace tiempo pero no me decido — propone Han, ella asiente. — vamos, siéntate, haré palomitas ¿quieres refresco o limonada?

— Con agua estoy bien.

La pelinegra se sienta en el sofá al frente de la televisión, quitándose la chaqueta de su vestido y su bolso a un lado. Aprovecha que Han está distraído en la cocina y saca sus cosméticos retocando su maquillaje. Ella no es idiota. Una pareja, en una casa sola y de noche, no es muy seguro que digamos. Ya ha tenido varias experiencias así pero definitivamente ninguna se compara a esta.

Guarda sus cosas cuando Ji-pyeong se acerca sentándose a su lado. Luego de un pequeño debate sobre cuál película ver, le dan play a "el conjuro" (subtitulada en coreano, obviamente) quedándose en silencio. Jun-so come varias palomitas tomando del bol y se sobresalta por un susto abrazando el brazo del hombre.

— No sabía que te daban miedo este tipo de pelis — comenta. Ella sonríe inocente. Claramente no le dan miedo, es pura actuación. Detiene la película con el control remoto — ¿Escuchaste eso?

— ¿Dónde? — mira a la ventana, al no notar nada se gira de nuevo hacia Han quien la asusta y chilla dándole un golpe en el hombro — ¡tonto!

— ¡Sólo fue una broma!

— Ay, ajá. Te hubiese grabado cuando estabas gritando en la montaña rusa del parque de diversiones, parecías una nena — ríe.

— No estaba tan asustado— contradijo

— Claro que sí.

— Que no.

— Que sí.

— Okey, sí estaba asustado — acepta, Jun-so se parte a carcajadas y su teléfono suena

— Espera— murmura, contesta y se levanta alejándose un poco para conversar — Hola Jackson, sé que he estado un poquito desaparecida pero he tenido mucho trabajo aquí en Seúl.

— Llamé a James y Daniel y me dijeron que no te han visto en todo el día, no nos asustes así ¿qué has estado haciendo?

— Trabajé y salí con alguien a comer, no te preocupes.

— Mmmm... Recuerda tu dieta, no puedes ingerir químicos y nada de hamburguesas si quieres mantener la figura. Las palomitas no son saludables. Recuerda lo que pasó la última vez que tuviste un ataque ¡te volviste loca!

— De acuerdo...

— Adiós, hablamos mañana.

Jun-so cuelga suspirando profundo y regresa al sofá. Han le ofrece palomitas y las rechaza.

— ¿Pasa algo? ¿quién era? — pregunta apoyando su brazo en el mueble mirándola.

— Mi manager aburriéndome como siempre, a todo lo que hago le busca peros ¿Puedes creer que no me deje comer una hamburguesa al menos una vez al mes? — explica triste.

— ¿Y por qué no lo haces?

— Soy modelo, tengo una dieta demasiado estricta, no debo pasar de los 50 kilos, si lo hago me echan. Además... Si me paso con mi peso me sentiría peor conmigo misma.

— Junnie... Eres muy hermosa, no debes preocuparte por eso — acaricia su mejilla— tal vez no lo creas pero... eres la mujer más bella que he visto.

Jun-so sonríe levemente. Yong-sil pone música relajante para el ambiente. Ese robot es muy astuto. Ji-pyeong la besa suavemente, le sigue agarrando su cuello. Tal vez ella no pueda ver la belleza que tiene en su interior, pero si Han sí lo nota, eso la hace feliz.





















𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖎𝖘𝖘𝖎𝖓𝖌 𝖍𝖊𝖗 ━━ start up, Han Ji Pyeong《 completa en español✔︎ 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora