xli. encuentro inusual

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Las luces de la mañana entraron por el apartamento indicando que ya amaneció y el frío se hace presente, en las épocas de noviembre empieza a nevar mayo que es donde la temperatura aumenta. La alarma de Han suena despertándolo, la apaga y se sienta en la cama volteando a ver a su novia, quien aún se encuentra dormida, tiene una de sus piernas encima de él y la boca abierta roncando levemente. Sonríe y se acerca a su rostro observándola durante unos segundos.

— Jun-so— susurra apartando el cabello de su frente. Alza su mirada y acomoda su almohada para que esté más cómoda. — ya es de mañana, despierta. Debemos ir a trabajar.

Abre sus ojos lentamente, aún entre el sueño, bosteza profundamente.

— Duermes muy profundo.

— Comúnmente no duermo, por eso tomo pastillas — responde con flojera abrazándolo. Han frunce su ceño pero aún evita preguntar la razón por la que las ingiere y simplemente corresponde su abrazo. Jun-so ha estado dando muchas señales, más de las que comúnmente se deberían dar. Eso lo preocupa.

Han baja su cabeza acercando su cara a la suya pero ella coloca sus dedos en sus labios evitando que se acerque más.

— No me he cepillado los dientes— dice. El hombre sonríe y deja un beso en su mano, para después ignorarla y besarla.

Aprovechan unos segundos el momento hasta que el timbre del apartamento suena interrumpiendo. Ambos se miran entre sí confundidos ya que no esperan alguna visita, o al menos no él. El hombre se levanta de la cama colocándose sus zapatos yendo a la puerta, la cual abre encontrando a una mujer morena.

— ¡Buenos días! ¿aquí está Kim Jun-so? soy su madre — se presenta sonriente.

La pelinegra de inmediato reacciona y se mira a sí misma con la pijama del chico, para después correr al armario como flash y cambiarse.

— Ehh... Sí, está en el baño— responde el hombre al darse cuenta de lo que hizo su novia — pase, pase.

— Gracias ¿cuál es tu nombre?

— Han Ji-peyong — se inclina, en cambio la señora le da un apretón de manos animado.

— Soy Salma Hayek. Ay, que guapo eres ¿eres novio de Jun-so? — sonríe emocionada.

— Eh... No, trabajamos juntos, se quedó en mi casa ayer porque se hizo tarde. Durmió en el sofá. — miente recalcando la última oración.

— ¡Mamá, no estreses al director Han! — habla la chica llegando a su lado ya lista como si nada hubiese pasado — ¿y qué haces aquí?

— Le dije a Daniel y James que me trajeran, quise venir traerte tu vestido que dijiste ayer a esta dirección, pensé que dirías que estarías en casa de una amiga así que no vi problema en venir personalmente, pero al parecer estabas muy ocupada — le da una mirada feliz al hombre.

— Ya vámonos.

— Iremos a desayunar a un restaurante cerca ¿va a venir, señor Han? — lo invita, Jun-so le hace señas de que se niegue.

— No, estoy bien, tengo que hacer mucho trabajo. Vayan ustedes.

— No, no, debe venir, debemos conocernos. Vaya a cambiarse y lo esperamos. — afirma. La pelinegra se da un golpe en la frente.
















— ¿De qué trabaja, director Han? — pregunta Salma

Jun-so no es de las chicas que presenta a sus novios a sus padres, no porque no les tenga confianza, simplemente sus creencias son diferentes a las de ella y es horrible. Además de que un día lo hizo y no terminó muy por la actitud de su padre. Aún así, Han se ha portado muy bien con su madre y es muy amable, rápidamente han tomado temas de conversación en donde la mayoría de las veces la señora tira indirectas hacia su hija y él. Salma no es tonta, ella sabe muy bien qué están saliendo, tal vez no sea una mujer coreana pero es de México, donde es más fácil reconocer cuando dos personas están enamoradas.

— Tengo una empresa en Sand Box y soy inversionista. Actualmente invertí dinero en la empresa de Ju... digo, de la señorita Kim— responde.

— Oh, con razón tiene un apartamento y un auto tan lindo, qué increíble — alaga

— Mamá...

— Dios mío, estoy tan feliz, no puedo creer que te hayas conseguido a un hombre tan guapo ¿hablas español? — Han niega— ¡perfecto! Mija, debes casarte con este wey, tiene mucho varo.

¿Qué? Mamá, ya te dijo que no estamos liados, somos amigos. Por favor entiende.

— ¿Crees que me voy a creer ese cuento? ¡estás pasada, loca! ¡se nota que te estás acostando con él! — le da un pequeño golpe a su hija en la cabeza. Ji-pyeong frunce su ceño sin entender ni una palabra de lo que dicen.

¡Mamá, no seas así! te recuerdo que nosotros los coreanos somos reservados con ese tema. En México hasta lo gritan. Basta.

Ahg, mejor cállate y déjame conseguirte esposo ¿En qué estábamos, directo Han? Ah, sí, ya recordé. Así que... Debería ir un día a Tokio y visitarnos, le podría hacer un pozole. Ver a Jun-so cortando cebolla le dará risa, llora mucho.

Los dos ríen— Gracias, señora Kim pero no creo que pueda, tengo mucho trabajo últimamente... Y hablando de eso, voy tarde, será mejor que dejemos el desayuno hasta aquí

— Sí, claro, fue un gusto conocerlo. Espero nos volvamos a ver ¡si quiere que le cocine algo no dude en decirme! — sonríe dándole la mano nuevamente, su hija la codea para que lo deje en paz.

Han sonríe haciendo una reverencia como despedida, la pelinegra le da una pequeña sonrisa y se va del restaurante.

— Lo quiero de yerno— exige la mayor cuando ambas vuelven a sus asientos — tiene de todo; es lindo, amable, sexy y sobretodo una sonrisa encantadora. Es perfecto para tí.

— Mamá, somos amigos.

— Es como un combo de Mc Donald's a muy buen precio, sólo debes abrir el paquete para sacar el juguete.

— ¡Ay, por favor, mamá!

— Si fuese tú, desde hace un buen rato lo tendría comiendo de la palma de mi mano. Hombres así ya no se consiguen. Más te vale pisar el acelerador del carro, eh.

La pelinegra se ríe por las ocurrencias de su madre.
















𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖎𝖘𝖘𝖎𝖓𝖌 𝖍𝖊𝖗 ━━ start up, Han Ji Pyeong《 completa en español✔︎ 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora