Hanzo no acostumbraba a tener altas expectativas sobre sus salidas de la base como civil, mayormente eran muy bajas, sobre todo cuando incluían al ruidoso grupo que lo rodeaba. Pero esa ocasión tuvo la expectativa de esa salida sería agradable, calmada y quizás divertida. Después de todo se trataba de su salida con Aller, aunque le avergonzaba decirlo abiertamente aun. Solo un poco.
Tenía suficiente ya de saber su actitud a solas, alguien calmada pero espontanea en otros momentos, tal vez fuera eso por lo que su persona comenzó a agradarle en primer momento. Pero sobre todos sus expectativas, su idea era clara, sacarla de la base por al menos un día. O lo que ella quisiera.
Bastante bien podía notar sus actitudes y su expresión corporal durante aquellos días, y silenciosamente se preocupaba de que volviera a quebrarse cómo aquella vez durante la mitad de sus exámenes de ascenso. Y en ese tiempo en el que no podría volver a distraerse en el hangar, veía más que oportuno tal salida; aun cuando originalmente ella hubiera sido la de la idea.
Sin embargo, cuando lograron salir de la base luego de un ligero papeleo y llegaron a la ciudad a unas pocas horas de allí, comenzó a notar su actitud más decaída.
Por supuesto que hubo momentos en los que su ánimo subía notablemente, sonriendo y compartiendo algunas bromas entre conversación que tenían al pasar algunas tiendas. Estuvo así por un largo periodo de tiempo, pero conforme el día avanzaba y terminaba, fue decayendo.
Una vez que tomaron asiento en una banca en el pequeño parque que poseía el lugar, miro sin disimulo su persona, buscando y encontrando rasgos más agravados de su poco ánimo. Una miraba que apenas le había dirigido, la misma opacada por una expresión confusa y hombros bajos.
— ¿Qué sucede Aller?– Atino a decir, con una mirada fija aun, atento de sus ojos–Estabas aliviada de salir de la base y pero ahora, apenas pareces estarlo disfrutando, aun cuando la idea hubiera sido tuya.
No pretendía tener un tono de reproche, pero su noto junto con las palabras salía naturalmente, pero sabía que ella consideraba eso. Además sus palabras tampoco eran mentiras u exageraciones.
— Supongo que el cansancio no me deja disfrutar esto, perdón.
Su mirada se frunció un poco cuando la vio mirar un poco a otro lado, intentando disimular tal acto al sobar su cuello entre un sonoro suspiro.
El recuerdo de un tema tocado en el comedor llego a su mente, asociándolo con su humor. No se detuvo a pensarlo más y retomo su palabra:
— Sé que estás cansada, pero no es solamente eso. Y no intentes mentir porque lo sabré, Aller – Escucho su débil risa delatora–. ¿Tiene que ver con la reunión que tenías con Winston?
— Comienzo a creer que es malo que hayas aprendido a leerme, Shimada.
Siguiendo con la sonrisa débil en su rostro, tono como busco algo entre el bolsillo de su chaqueta, dando luego con un sobre de color celeste que mostro entre su mano.
Al notarlo Hanzo se incorporó un poco, fijando su atención en las iníciales del Comandante gradabas ahí junto a un sello. La idea de que la hubieran ascendido se reflejó de inmediato y quiso sonreír y expresarle su felicidad por tal tema; sabía que ese tipo de sobre preparados eran para asuntos importantes. Y el ascenso a supervisor era uno.Pero cuando volvió a fijar su vista en el rostro de Aller, la felicidad dio hasta el suelo, sintiéndose afectado por la expresión lastimera en su rostro.
— Durante la reunión con Winston, me entrego este sobre. Fui ascendida a supervisora de hangar.
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Gélido
FanfictionDurante el invierno las cosas suelen cambiar de manera drástica. Los árboles y flores simulan perecer. La necesidad de buscar calor aumenta. Y los cuerpos parecen acercarse entre sí solo por inercia. Tras la llegada sorpresa de un invitado a mitad...