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Sus hombros fueron sacudidos en un gesto amistoso, haciendo que apartara su mirada de los retratos que reposaban en el escritorio del otro lado del lugar.

— ¿Estás bien, querida?

— Sí– Apretó el marco entre tu mano–... Sí, estoy bien. Gracias Lena.

— ¡Vamos, falta poco!

Dejo el marco dentro de la caja, haciendo lo mismo con todo lo demás que había en ese escritorio. Ciertamente el empacar las pertenencias de Adelina llegaba a tocarle un poco; no aceptaba del todo el hecho de que su cuerpo ahora estuviera en uno de los ataúdes con el logo de Overwatch grabado. Por amor a todo, por supuesto que aún no lo hacía; ni siquiera había pasado un día.

Debían ser entre las siete de la noche y todo el cuartel estaba sumergido en una tranquilidad y silencio que llegaba a desorientarle. No había vuelto a cruzar palabra con algún superior más que con el supervisor Müller cuando te informo de todo lo que ocurrió; le agradeció por su ayuda y luego se retiró con un rostro conflictivo. A él también le afectaba todo lo ocurrido y tendría que hacer todas las gestiones junto con los supervisores; en respuesta de cada persona fallecida.

Por ahora solo era momento de que los más cercanos, los compañeros de habitación u amigos, recogieran sus pertenencias para ser puestas en cajas y ser enviadas a sus allegados. Y eso estaba haciendo, recogía cada objeto que hubiera quedado en la habitación sumándose a la ayuda de Lena y McCree. No tardaron en ofrecerse en ayudarle luego de ver su rostro en la mesa del comedor cuando llego acompañada de Hanzo, dándote apoyo e intentando animarte.

Coloco la caja sobre el trasportador metálico que estaba afuera en el pasillo, ahora lleno de varias cajas apiladas unas sobre otras, de manera cuidadosa y cada una etiquetada.

— Es la última.

— De acuerdo, llevaremos todo hasta administración– Jesse observo con atención su rostro– ¿Cómo te sientes hasta ahora?

— Podríamos quedarnos para acompañarte un poco más– La mano de Lena aparto el cabello de su rostro con una sonrisa– Solo si no te sientes bien...

— No, estoy bien ahora. Gracias por haberme ayudado chicos, se los agradezco mucho.

— Para eso están los amigos Aller, para darse apoyo.

Ambos le rodearon con sus brazos, sobando sus hombros de manera amigable y sacándole una corta risa cuando por movimiento de Jesse los tres comenzaron a balancearse en el pasillo frente a la puerta abierta. Sería extraño para cualquiera que cruzara por ese pasillo ver una masa de tres personas balancearse en ese lugar, pero, ¿a quién le importaba eso ahora?

Palmeo los hombros de ambos cuando fue suficiente tiempo.

— Está bien, vayan antes de que sea más tarde. Pronto darán el toque y no deseo que se ganen un problema.

— Un problema de vez en cuando no hace mal a nadie– Lena observo al castaño levantando una ceja.

— Habla por ti, vaquero– Se acercó para dejar un abrazo rápido– Descansa (Tn).

— Te veremos mañana en el descanso.

Agito su mano cuando empezaron a caminar llevando el transportador, quedándose de pie en la puerta unos minutos después de que cruzaran casi al final del pasillo, perdiéndose de su vista. Suspiro cruzada de brazos al notar el eco del repiqueteo de su pie contra el piso de cerámica. Ingreso dos pasos adentro de la habitación para ver como ahora el lado contrario, detallando lo vacío que estaba ahora.

GélidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora