Aquella mañana el despertar de Hanzo fue más relajado que la última vez, se encontró durmiendo otra vez en la cama de abajo pero Aller no estaba durmiendo sobre él, de hecho ni siquiera parecía estar en la habitación ya.
Se incorporó en el borde del colchón hecho un revoltijo por la sabana y restregó con ambas manos su rostro, sintiendo un muy ligero dolor de cabeza, dirigió su mirada hacia la mesa de noche y encontró su bufanda doblada sobre ella junto al reloj que señalaba que pronto serían las cuatro de la tarde.
Termino por levantarse luego de arrastrar sus pies por el suelo alfombrado, aplaudiendo para que todo se iluminara, sacándole un obvio jadeo ante el cambio brusco de luz, mirando hacia la litera de arriba y comprobando que su compañera se habría marchado ya de ahí. Reconocía la forma de doblar las sabanas, no poniéndolas a lo largo de la cama sino debajo de la almohada, él las extendía a lo largo.
Camino hasta el armario y tomo lo necesario para ducharse junto a una muda de ropa, dando pasos aun perezosos por el pasillo hasta entrar al blanco espacio. Le gustaba especialmente ese baño porque era el lugar más cálido en todo la residencia, su mediano espacio mantenía tibio el lugar y el vapor del agua caliente lo relajaba.
Se miró un momento al espejo sobre el lavado y sus espesas y desordenadas cejas se fruncieron al sentir un cosquilleo en sus labios, descendiendo por su cuello hasta la punta de los dedos de sus manos. Toco sus labios con una expresión confusa. No entendía por qué tal sensación, no era nada desagradable, solo... no entendía por qué la percibía; sobre todo específicamente ahí. Quizás se había mordido los labios por accidente ayer.
Dejo la toalla a un lado ignorando eso y comenzó a ajustar las llaves de agua buscando la temperatura adecuada.
Para cuando Hanzo comenzó a bajar las escaleras ya vestido y con el cabello húmedo se detuvo al pie de las escaleras, escuchando el ritmo de una canción provenir de toda la sala y cocina. Asomo con cuidado su cabeza por la pared de la escalera en dirección a la cocina y abrió sus ojos más de lo normal, incapaz de poder creer lo que oía y veía.
— Yo, I'll tell you what I want, what I really, really want!
Genji apareció cantando con un cucharon en su mano entre saltos y movimientos de cadera desde un extremo de la isla, señalando entre zarandeos a (Tn), quien estaba del otro extremo bailando con el mismo ánimo. Teniendo un tenedor en su mano.
— So tell me what you want, what you really, really want!
— I wanna, ah! I wanna really, really, really wanna zigzag ah!
Ambos siguieron cantando sin darse cuenta de que Hanzo avanzaba hacia ellos con un rostro divertido por sus exagerados movimientos, llegando a presenciar como ambos seguían bailando frente a la cocina entre un muy desafinado canto, comenzó a reír con fuerza llegando a sujetarse su abdomen por el ligero dolor. Continúo escuchando entre sus risas a ambos seguir hasta que comenzó a toser al atragantarse con su propia saliva; llamando así la atención de ambos.
Genji sorteo el mesón para ir de inmediato hacia él.
— ¿Estás bien Hanzo?– Lo llevo en pocos pasos hacia la cocina, haciendo que se sentara en la silla– ¿Acaso te has atragantado con algo?
— No... solo estaba riéndome de ustedes...
— Entonces ha sido el karma.
Recibió un manoteo del azabache por su comentario, acercándose al momento (Tn), quien traía un vaso con agua en su mano, dejándolo frente a él sobre el mesón. Sus rostros se mantuvieron inquietos hasta que lo escucharon suspirar de alivio, pudiendo respirar nuevamente con normalidad. El volumen de lo que había estado reproduciendo aquella canción, siendo el teléfono de Genji, se había reducido, por lo que podían hablar sin necesidad de elevar su voz.
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Gélido
FanfictionDurante el invierno las cosas suelen cambiar de manera drástica. Los árboles y flores simulan perecer. La necesidad de buscar calor aumenta. Y los cuerpos parecen acercarse entre sí solo por inercia. Tras la llegada sorpresa de un invitado a mitad...