21

349 55 2
                                    


Dejo escapar una ligera risa sobre el borde de su copa, escuchando algunas historias del vaquero. Quien al igual que los demás estaba sentado en un lugar en el sofá con una copa en mano, se podía decir que hasta ahora aquella velada había marchado con buen pie.

En lo que iba de noche y parte de la madrugada todo habría marchado excelente; las dudas sobre la cena se disiparon cuando comprobaron que todo iba bien. No estaba demasiado condimentada y tampoco había alguna hebra de cabello en ella. Ninguno se contuvo por felicitar a los cocineros Lena y Jesse por eso, confesándoles lo felices que se sentían, y por saber que nada se había incendiado en la cocina. Como la última navidad, según los comentarios.

— Aller, nos mencionaste que habías preparado algo– Comento Genji, sonriente junto a Emily– ¿De qué se trata?

— Así es– Movió un poco su copa hacia el mencionado, quien le devolvió en gesto mientras se levantaba–, aunque de hecho Hanzo también ayudo.

Levantándose también después, Aller termina caminando hacia el espacio de la cocina junto a Hanzo. El resto del grupo comparten miradas entusiastas ante el apego de ambos, no era mentira para nadie que esos dos tenían desde que se conocieron trabajando una relación amistosa; logrando mejorar significativamente el humor del Shimada mayor.

Cuando los vieron regresar notaron como el primero en aparecer era Hanzo, trayendo una bandeja entre sus manos y en esta había una casa de jengibre adornada por glaseado y dulces coloridos. Se inclinaron al frente para verla cuando dejo está en la mesa de centro, admirando cada detalle.

Jesse silbo, sonriendo de lado a lado y dando una palmada en el hombro de Hanzo, a quien no le molesto que hiciera eso. Tenía un humor excelente.

— Realmente te has vuelto a lucir Hanzo.

— ¡Es magnifica!– Lena y Emily no apartaron sus ojos, completamente embelesadas.

— No sé cómo es que tienes la paciencia para hacer algo tan encantador pero no para aguantar mis bromas.

— ¡Ja!– Hanzo se cruzó de brazos sin dejar su sonrisa ante el comentario de su hermano– Precisamente por eso tengo más paciencia, porque la masa de jengibre no habla.

Aller apareció detrás de la mayoría, portando una caja metálica mediana adornada de varios colores brillantes. Se tomó unos segundos para guardar aquella imagen en su mente, sintiéndose feliz de ver a todos tan contentos; luego carraspeo su garganta para llamar la atención de todos.

— Supongo que si están tan encantados con la espectacular casa de Hanzo entonces no querrán saber lo que tengo aquí.

Sacudió un poco dicha caja, provocando un ruido que atrajo más la atención. Levantando una ceja con una sonrisa burlona ante sus miradas curiosas mientras se acercaban a la vez.

— No como crees eso, querida (Tn) – Jesse se acercó por un costado, evidentemente curioso de lo que había ahí, incluso acerco su mano pero recibió un manoteo de Emily– ¡Ay!

— ¡Deja que ella la abra, Jesse!

— Está bien, está bien – El moreno volvió a ponerse derecho, sobando su mano con la otra–... agresiva.

— Ya, cálmense ustedes dos– Lena intervino, sonriéndole luego a la mujer– Adelante (Tn), muéstranos que tienes ahí.

Aller le dio una mirada rápida hacia el azabache, esperando y obteniendo una sonrisa alegre de su parte junto con un asentimiento de su cabeza. No hizo esperar mucho más a los demás y abrió la caja mostrándoles con que mantenía en su interior. Rio cuando escucho perfectamente un grito de parte de Genji, mientras se cubría la boca con una mano. Los demás no se quedaron atrás con sus reacciones, sorprendidos.

GélidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora