Lena
— ¡Os dije que no entraseis en mi casa! — Les grité avanzando hacia ellos— Teníamos un trato.
Jenna se colocó detrás de mí, me agarró el pelo con las manos y tiró de él hacia atrás, provocando que me cayese de espaldas. Con los ojos cerrados por el dolor latente en la cabeza, sentí cómo ella me movía con brusquedad, dándome la vuelta para colocarme boca abajo. A pesar de mi intento de resistirme, Jenna me sujetó las muñecas e hizo un nudo en estas tan rápido con una cuerda que no me dio tiempo de pensar cómo reaccionar.
— No. Nunca hubo la posibilidad de un trato para ti — Susurró ella en mi oido antes de pegarme una patada en el lado del torso — Eres una estúpida si pensaste lo contrario en algún momento.
— Jenna tiene razón — contestó Kingpin — no estás en posición de hacer tratos, Helena.
Levanté la cabeza como pude. Observé como Adrien me miraba mientras lloraba y gritaba y como Scott negaba con la cabeza en lo que parecía una demostración de incredulidad. Volví a bajar la cabeza hasta apoyar la mejilla contra el suelo y cerré los ojos unos segundos. La cabeza me latía y parecía como si la gravedad estuviese intentando empujar mi cabeza más allá del suelo, intentando atravesarlo. De un momento a otro empecé a toser. Sentí como me sujetaban de ambos brazos para levantarme y, tras abrir los ojos aún con la barbilla apoyada sobre mi pecho a causa del dolor, vi en el suelo un reguero de sangre que brotaba de mi boca.
— ¿Qué hago? — preguntó Jenna, sujetándome.
— Aprende y la próxima vez no la dejes medio muerta, necesitamos que esté viva para cuando llegue él.
Alcé la vista. Con la sangre todavía resbalando por mi barbilla y cayendo en el suelo intenté dar un paso hacia delante, razón por la que Jenna me dio un fuerte tirón hacia atrás agarrándome de las manos. Pegué un alarido de dolor. Había notado un chasquido en el brazo izquierdo y, acto seguido, un dolor punzante comenzar en el hombro y extenderse por toda la extremidad. Pese a todo, volví a buscar a Scott con la mirada. Quería hacer contacto visual con él para que hiciese algo, que ayudase a mi hermano si quiera. Sin embargo, Scott se quedó quieto en el sitio y símplemente miró a mi hermano y le dijo que se estuviese quieto.
— Quiero ver a Maggie — susurré antes de escupir en el suelo un chorro de sangre.
— Tus deseos son órdenes para mí, alcaldesa — se burló el Duende.
Jenna me giró para tener de frente la estrecha puerta metálica que antes había llamado mi atención. La empujó y, tras adentrarse unos segundos en la habitación, salió empujando a una Maggie mucho más delgada y sucia, tal y como había estado yo en mi secuestro. Cuando nuestras miradas se encontraron su primera reacción fue el shock. Se quedó quieta unos segundos mirándome de arriba abajo antes de pegarle una patada al Duende en el empeine y empujarlo con las manos atadas en su pecho.
— ¡¡Hijo de puta!! — gritó separándose de todos los hombres de Kingpin, que iban a por ella — ...mi amiga... — sollozó antes de caerse al suelo — os voy a partir la cara a todos — masculló, pegándole una patada en la cara a uno que la intentaba agarrar de los pies.
Volví a mirar a Scott. Él resopló y, tras mirar cuantos hombres había rodeándolos a él y a mi hermano, golpeó en el pecho con el codo al que lo sujetaba, para después pegarle una patada en sus partes, dejándolo fuera de combate. Depsués, empujó al que sujetaba a mi hermano, haciendo que este último se animase a morderle el brazo con todas sus fuerzas. Tras zafarse de su agarre, Adrien empezó a correr hasta la puerta y, cuando ya la estaba empujando, otro lo agarró del torso.
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Spider-man
FanfictionHistoria post Gwen Stacy: Helena Hobbes es una joven universitaria de la ciudad de Nueva York, cuya vida dará un giro de 180º al sobrevivir al accidente de coche que acabará con la vida de su amiga Kylie. Las secuelas del accidente se hacen pre...