Peter
El crimen nunca descansa, era verdad, pero de vez en cuando sí que podía tomarse unas vacaciones para poder yo hacer vida normal. Justo en el punto álgido de la conversación con Lena, un autobús escolar rondaba las calles cercanas a mi edificio arrollando todo lo que se encontrara por delante.
Su cara de confusión y, quizás, enfado no abandonaba mis pensamientos. Pero yo no podía hacer nada, ahora que ella desconocía mi doble identidad no podía excusarme de haberme marchado tan abruptamente, probablemente en estos momentos su cabeza estaría imaginándose todas las razones posibles que hubieran desencadenado mi "huida".
Exhalé un largo suspiro mientras esperaba a que el bus pasara por debajo de mí. Estaba apoyado en la repisa de una ventana, ante la atenta mirada de toda la avenida. A veces me sentía como un espectáculo público y no como un... héroe. Los niños me aplaudían cada vez que me veían y sus padres me señalaban para que ellos se fijaran en mí, en ocasiones parecía un mono de feria.
Eché un rápido vistazo a toda la avenida, me parecía realmente increíble que, sabiendo que había un autobús repleto de menores conduciendo sin rumbo alguno, la gente decidiera quedarse quieta y grabarlo — o grabarme — a buscar un sitio seguro en el interior de cualquier edificio cercano.
Hice movimientos con los brazos y manos, indicándoles a los peatones que se apartaran de la carretera. La gran mayoría hizo caso de mis advertencias, pero varios grupos de adolescentes se quedaron en "primera fila" con los teléfonos en alza, preparados para grabar ¿Por qué morir por una foto? Nunca lo entendería.
Vi el autobús aparecer tras la esquina de un edificio, yendo en sentido contrario hacia donde yo estaba subido. Abrí los ojos más de lo usual al descubrir al conductor del autobús llevar una máscara verde.
Mis manos temblaron unos escasos segundos. No podía ser el Duende, él estaba en el calabozo de la policía y Kingpin también. No... no podía ser, no.
Salté de la cornisa directo al capó del autobús. Trepé sobre este con los pies y manos hasta llegar a la altura del conductor. Extendí el brazo izquierdo y lo introduje en la ventanilla, rocé la máscara con la mano. Un ligero escalofrío me recorrió la espalda de arriba abajo. Era él. Era su máscara.
Noté cómo me agarró de la muñeca y tiró de mí, lanzándome del autobús. Me las arreglé para agarrarme a la manilla de la puerta y lanzar una telaraña a su cara. Aproveché el desconcierto para introducirme en la cabina, empujarlo con los pies y ocupar su lugar conduciendo.
Le eché un rápido vistazo a los niños detrás de mí, todos tenían puesto el cinturón de seguridad y estaban quietos en sus sitios, excepto dos. Un chico alto de pelo rizo que golpeaba el cristal trasero intentando romperlo y una pequeña niña rubia atada a mi asiento que me miraba con los ojos llorosos.
— ¡El de atrás! ¡Siéntate y ponte el cinturón!
Cuando se giró, me tropecé con unos ojos verdes demasiado familiares. Exhalé un suspiro de alivio. Era Adrien, el hermano de Lena.
— ¡Siéntate ya! — No hizo falta que dijera nada más, sus ojos se iluminaron al verme y, sin rechistar, se sentó junto a una chica rubia y se puso el cinturón.
El "Duende" se intentó levantar del suelo agarrando a la niña pequeña de los pies, pero lo amarré de manos y pies a la barra de la puerta con una telaraña.
— Bien, ya está pequeña ya está, acabó — Le dije a la niña mientras pisaba el freno con cuidado.
Puse el freno de mano. Desaté a la niña y la cogí en brazos, estaba temblando. Dejé que escondiera su cabecita en el hueco de mi cuello y la sujeté con cuidado. Por desgracia, sabía perfectamente que ella sufriría de un trauma por culpa de esto. Mira al "Duende" con odio, todos los que seguían los pasos de ese hombre eran seres despreciables.
Escuché aplausos provenientes de fuera del autobús. No les hice caso. Me levanté del asiento y les indiqué a los niños que podían salir del vehículo. Todos se fueron a la velocidad de la luz, todos menos Adrien, quien me observaba con expresión neutra y las manos en los bolsillos del pantalón.
— ¡Adrien vamos! — Le gritó la chica rubia.
Esta lo agarró de la muñeca pero él no cedió, posó un beso en la mejilla de ella y le indicó que bajara del autobús en un casi inaudible susurro.
— Fuiste tú — Espetó nada más bajarse ella del autobús.
— ¿Yo? — Respondí.
Dio un paso hacia mí.
— Sí, tú. Fuiste tú la razón por la que se llevaron a mi hermana, ahora ella ha perdido la memoria y todo por tu culpa — Sus palabras se clavaron en mi pecho como si de puñales se trataran — Ahora por tu culpa no hace nada más que llorar por las noches, se piensa que no la escucho pero las paredes son tan finas como el papel, puedo oírla llorar por el accidente de Kylie, puedo oírla sufrir al tener esas pesadillas que había dejado atrás hacía mucho tiempo ¡Y es todo por tu culpa!
Cogió una barra suelta del suelo, se acercó a mi apretando la mandíbula y, finalmente, estrelló la barra contra mi costado, provocando que me cayera al suelo, chocando contra el asiento a mi derecha.
— Lo siento — Logré susurrar.
— ¡No! ¡No lo sientes! ¡Mantente alejado de ella! — Me golpeó de nuevo con la barra — ¡Déjala en paz! ¡Déjala vivir! ¡Se merece algo mejor que tú! Se merece recordar a Peter y volver con él ¡No estar con una persona como tú! — Esta vez logré sujetar la barra.
No tenía suficiente fuerza, lo estaba consiguiendo, lo que me decía ejercía más daño en mí que los golpes que me estaba dando. Adrien me estaba echando en cara todo lo que yo ya sabía pero que, oyéndoselo a alguien que no fuera mi propia conciencia, provocaba mucho más dolor.
— ¡¡Te odio!! — Gritó con la voz rota, partiéndome el corazón — ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!
Los golpazos se sucedían cada vez con más fuerza hasta que, de un momento a otro, pararon.
— ¿Adrien qué...? ¡Adrien! ¡Para!
Reconocía esa voz.
— Es tu culpa... es todo por tu culpa.
Me asestó el último golpe, con menos fuerza que los demás. De pronto, todo se volvió negro.
***
Nuevo capítulo!! ¿Qué osparece la reacción de Adrien contra Spidey?
Espero que os guste!
Muchos besos!
ESTÁS LEYENDO
Spider-man
FanfictionHistoria post Gwen Stacy: Helena Hobbes es una joven universitaria de la ciudad de Nueva York, cuya vida dará un giro de 180º al sobrevivir al accidente de coche que acabará con la vida de su amiga Kylie. Las secuelas del accidente se hacen pre...