— Cariño ¿Tu amiga necesita algo más? – La voz titubeante de una señora mayor fue lo primero que escuché tras haber cerrado los ojos tendida en mitad de la acera.
— Creo que no.
— ¿Tiene mantas? ¡Últimamente el frío es horrible!
— Tiene dos y son bastante pesadas.... ¡No Tía May!... ¡Tía May!... Mierda, nunca me hace caso.
La verdad es que esa tal Tía May tenía mucha razón, estas últimas semanas el frío se había convertido en el pan de cada día, bien para desgracia de unos y gracia de otros pocos, entre los que me encontraba yo. Adoraba pasar frío, es decir, todos los veranos echaba de menos sentir el cuerpo temblar y los dientes castañear, para poder cubrirme de mantas grandes y pesadas.
— ¿....Peter? – Susurré tan tan bajito que ni yo misma era consciente de haberme oído – ...Peter – Repetí algo más alto.
—¿Lena? – Sus dedos rozaron mis mejillas, apartando la manta que me tapaba la boca y parte de la nariz.
— ¿Dónde está? – Hice el amago de levantarme, pero no fui capaz ni de mover un dedo.
— ¿Quién? ¿Spiderman? – Asentí – Está con la policía, el duende se escapó.
— Tengo que hablar con él – Peter se levantó de la cama y exhaló un suspiro. Comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación, pequeña y decorada con fotos de insectos, paisajes y... chicas – ¿Es tu habitación?
Peter miró a su alrededor y se encogió de hombros.
— De cuando era pequeño, bueno... en verdad hasta hace dos años lo era, luego me mudé a un piso – Entrecerré los ojos, intentando enforcar la vista en la pared de mi derecha, en donde estaban todas las fotos de chicas – ¿Por qué lo preguntas?
— Me lo parecía – Me limité a responder.
Las fotografías se encontraban pegadas en un largo tablón sobre su escritorio, las del lado izquierdo eran fotos de una chica rubia de ojos azules, verdaderamente guapa, y más hacia la derecha eran de una chica morena que me resultaba muy familiar.
— Spiderman no puede venir ahora porque... – Peter seguía hablando pero yo ya no le escuchaba, toda mi ser estaba concentrado en las fotos de la chica morena que, pronto, reconocí como yo.
— ¿Por qué tienes fotos mías en tu pared? – Pregunté de forma directa y brusca.
— Em... porque.... me....
— ¿Te qué?
— Me gusta sacar fotos, se las saco a mis amigos y las que más me gustan las pongo en la pared.
Volví a fijar mi vista en mis fotografías, la verdad es que eran hermosas, en todas me pillaba desprevenida, o bien tomando un café o bien... ¿Con Chris? ¿Cómo podía tener fotos mías con Chris si lo conocí al inicio de las clases en septiembre?
— ¿Por qué...? – No me atreví a preguntar ¿Y si estaba ayudando a Spiderman a vigilarme? ¿O y si...?
— ¿Lena? ¿Estás bien? – Se acercó a mí. Se sentó sobre la cama a mi lado y se inclinó en mi dirección. Deslizó su brazo izquierdo bajo mi espalda y enterró la mano derecha en mi pelo, tal y como Spiderman había hecho anteriormente.
Tiró de mí hacia arriba, logrando sentarme sobre la cama. El dolor pareció disiparse al segundo, ya que creía haber hecho el descubrimiento más grande de mi vida. Lo miré con los ojos abiertos de par en par y lo señalé.
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Spider-man
FanfictionHistoria post Gwen Stacy: Helena Hobbes es una joven universitaria de la ciudad de Nueva York, cuya vida dará un giro de 180º al sobrevivir al accidente de coche que acabará con la vida de su amiga Kylie. Las secuelas del accidente se hacen pre...