Mis padres habían venido a verme al hospital, me habían traído flores, chocolate y un montón de fotos de estos meses que no recordaba. Al principio pensaba que había perdido conocimiento de dos meses como mucho, pero cuando Maggie — acompañada de mi familia — me dio a conocer que estábamos en enero casi me da un infarto.
Lo primero que hizo Adrien al verme fue meterse conmigo en cama y abrazarme. Según me contó él mismo, fue su culpa lo que había pasado, ya que él estaba en casa cuando los hombres que me habían secuestrado entraron y me llevaron. Obviamente lo perdoné, y casi prefería que hubiera sido así, básicamente para que él no sufriera peligro alguno.
— Adrien, es hora de irnos — Dijo mamá mirando su reloj de pulsera y haciendo una mueca — Llevamos todo el día aquí y querrá descansar.
Asentí. No quería dormir, pero sí que quería dar una vuelta por el hospital sola, para pensar en mis cosas.
— Yo también me iré — Maggie se puso su abrigo y bordeó la cama para besarme en la mejilla — Si necesitas algo llámame.
— No te preocupes, no voy a hacer que vengas hasta aquí, vives en la otra punta de la ciudad.
Se rio entre dientes antes de agacharse y susurrar en mi oreja.
— Peter vive aquí al lado, sé que crees que no lo conoces, pero te puedo asegurar que haría cualquier cosa porque tú estuvieras bien. SI quieres algo y no quieres llamarme... busca en tu agenda Peter Parker y llámalo. Tenéis que hablar.
— Pero... — No me dejó terminar de hablar, me despeinó con la mano y abandonó la habitación, dejándome sola — Bueno, vale.
No lo llamaría. No lo conocía de absolutamente nada, sería una estupidez llamarlo.
— Voy a ducharme y a dar un paseo por ahí.
Y eso hice. Me lavé el pelo, me puse otro pijama del hospital y unas zapatillas de conejitos que me había traído mamá. Al abrir la puerta de la habitación y mirar a ambos lados, lo único que me encontré fue a una señora mayor saliendo de la puerta de al lado. No había médicos ni nadie que formara parte del personal del hospital.
Me gustaba arrastrar las zapatillas por el suelo, super resbaladizo, y dar vueltas sobre mí misma mientras tarareaba alguna canción. De un momento a otro, sin venir a nada en especial, mi mente se llenó de imágenes de Kylie, ella sonriéndome, ella bailando conmigo, haciendo el idiota... No volvería a ocurrir, se quedaría en eso, en recuerdos. En esos momentos recordaba a mi madre diciéndome que mientras mantengas a esa persona viva en tu memoria jamás moriría. Y eso haría, Kylie estaría presente siempre.
Di otro giro más sobre mis zapatillas, ya de vuelta en la sala de espera, y me sorprendí al ver de reojo una figura detrás de mí. Era el chico de los ojos marrones. Peter.
Me paré en seco y lo miré de arriba abajo con expresión neutral. Él no tenía culpa de que yo hubiera perdido la memoria, de que no me acordara de él. Y sólo por el hecho de que me buscara con tanto ímpetu — o eso me había dicho Maggie — se merecía un mínimo de mi atención.
— Hola — Acabó diciendo — Me dije a mí mismo que no vendría, que te dejaría tranquila... pero no puedo hacerlo — La voz le temblaba y sus ojos estaban fijos en mis zapatillas, como si estuviera evitando cualquier tipo de contacto visual — Después de tanto tiempo sin verte se me hacía imposible ignorar que estuvieras tan cerca de mí.
— Entiendo — Miré el ramo de rosas que sostenía entre las manos y le sonreí — Son muy bonitas.
Esta vez sí que alzó la mirada.
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Spider-man
FanfictionHistoria post Gwen Stacy: Helena Hobbes es una joven universitaria de la ciudad de Nueva York, cuya vida dará un giro de 180º al sobrevivir al accidente de coche que acabará con la vida de su amiga Kylie. Las secuelas del accidente se hacen pre...