Me dejé caer sobre una de las sillas de plástico en la penúltima fila del aula, volviendo a la rutina que había dejado atrás la semana pasada. Dejé la mochila en el suelo y saqué varios bolígrafos y la carpeta de anillas, que estaba repleta con todos los apuntes del curso.
A principios de Julio me había apuntado a un curso de verano de cinco semanas y ya me estaba arrepintiendo. Que tenía que reforzar la literatura del segundo curso de universidad para poder llegar al tercero en perfectas condiciones era una verdad como un templo, pero tras el accidente de coche y todo lo que trajo consigo, la literatura era la menor de mis preocupaciones.
Kylie y Maggie venían conmigo a esta curso. De hecho, yo las había obligado a apuntarse para así no tener que ir sola. Kylie, por desgracia, no aparecería y Maggie dudaba que lo hiciera.
Cuando todos estuvimos sentados y el profesor empezó a hablar, mi ojos se movieron solos hacia la fila de la derecha, la pegada a las ventanas.Más concretamente al segundo pupitre. El de Kylie. Vacío.
Cerré los ojos con fuerza y me obligué a mirar en otra dirección. No podía hacerme este daño a mí misma, era inhumano. Solamente era su sitio en el curso de verano, ya está, no era nada más, no le pertenecía, no era como su casa, su familia, la que en este momento estaría intentando no pensar demasiado en Kylie, en que yo pude salvarla y no lo hice.
Cogí una profunda bocanada de aire y la solté lentamente por la boca, intentando relajarme.
— Señorita Hobbes – Abrí los ojos. El señor Oakley y todos los presentes tenían su mirada clavada en mí – No es necesario que acuda a este curso, un compañero puede pasarle los apuntes que dé en clase y se los mira cuando esté mejor.
Bajé la mirada a la carpeta, mi respiración se había vuelto irregular y la vista se me estaba comenzando a nublar. Sin darle más vueltas,agarré la carpeta con las manos y recogí la mochila del suelo, me levanté de la silla sin preocuparme un ápice por lo que los demás pensaran . Necesitaba irme de aquí a toda costa, volver a mi casa y esconderme debajo de las sábanas durante el resto de mi vida.
— ¿Llamo a su padre? – Escuché que preguntaba.
Pero no me paré. Me coloqué la mochila sobre los hombros y sujeté con fuerza la carpeta de anillas contra el pecho. Me abrí paso entre las decenas de pares de ojos que seguían todos mis movimientos con lupa y, cuando hube llegado a la puerta, la empujé con el lateral del brazo izquierdo, corriendo por los pasillos en busca de la salida más próxima de la Universidad.
Nada más salir bajé las escaleras que se anteponían al edificio principal.Tenía las mejillas mojadas, por lo que las limpié vagamente con los dedos.
No recordaba donde había dejado el coche, el día anterior mientras hacía unas compras lo había aparcado durante tres horas en frente del aparcamiento universitario de la facultad de literatura, y ahora no podía recordar dónde lo había dejado.
Di varias vueltas sobre mis talones buscándolo con la mirada hasta que lo vi,estaba al otro lado de la calle, medio oculto por una furgoneta.
Exhalé un suspiro y me eché a caminar hacia él. Mi coche era un viejo y algo destartalado opel kadett rojo, mis padres se habían ofrecido en múltiples ocasiones a comprarme un coche de última generación, pero a mi me gustaba mi kadett, lo usaba ya con dieciséis años y, cuatro años después y con unos catorce encima, nunca había dado ni un solo problema.
— Hola pequeño – Apoyé una mano en la ventanilla mientras que con la otra habría la puerta del conductor.
Intentaba que el accidente de coche de la semana pasada no me afectara a la hora de conducir, y por ahora todo iba bien. Aunque debía reconocer que las dos veces que volví a coger el coche tras lo de Kylie tenía a mi padre de apoyo emocional. Y ahora estaba sola.
ESTÁS LEYENDO
Spider-man
FanfictionHistoria post Gwen Stacy: Helena Hobbes es una joven universitaria de la ciudad de Nueva York, cuya vida dará un giro de 180º al sobrevivir al accidente de coche que acabará con la vida de su amiga Kylie. Las secuelas del accidente se hacen pre...