Capítulo 22: Mítines levantinos

16 4 15
                                    

Ainhoa y Nayra merendaban en la terraza de un bar, situadas en el rincón más aislado por si algún insistente les estropeaba las horas de relax. La bandeja repleta de donuts, cafés y zumo de naranja indicaba que no tenían prisa por regresar a sus respectivas casas.

AINHOA: Pues me va a dar pena acabar con estas actuaciones.

NAYRA: Puedes seguir, independientemente de los resultados. Te veo futuro.

AINHOA: Pero no se sentiría igual. Hoy hay que estar a tope, que hay que eclipsar a Sotogrande en Barcelona.

NAYRA: Imposible.

AINHOA: Aunque sea, que seamos nosotras dos la que en esta tarde-noche de domingo demos la imagen de sensatas. No sé cómo les habrá ido a estos.

NAYRA: Llama.

AINHOA: ¿Crees que ya habrán acabado? Voy a probar.

Antes de que la melodía predeterminada eclipsara el discurso de Morlaye, Jordan tapó el altavoz de su teléfono. Yéndose a un lado del escenario, sorteó las escaleras y, en voz baja, respondió a Ainhoa.

JORDAN: Estamos a punto de terminar.

AINHOA: ¿El de los gritos es Morlaye?

JORDAN: Se ha venido arriba. Lo importante es que el público le mira con orgullo.

AINHOA: ¿Y tú qué tal?

JORDAN: Bien, bien, pero lo estoy pasando mal con el calor.

AINHOA: Es que Valencia no es Bolton.

Ainhoa se dio cuenta de que Nayra, por cada vez que se iluminaba su teléfono, lo apagaba y lo ponía bocabajo en la mesa.

AINHOA: ¿Y Navia?

Jordan miró hacia los baños portátiles.

JORDAN: Bien, bien. Como siempre.

AINHOA: Cero novedades. Mejor.

Ainhoa colgó. Nayra cedió ante las insistencias y respondió a las llamadas que estaban recibiendo.

NAYRA: ¡Que te he dicho que no! No voy a pasar por casa. Y no me esperes despierta.

Nayra guardó el teléfono en el bolso. Ainhoa removía su zumo de naranja, a la espera de que se iniciara una conversación.

NAYRA: ¿Todo bien?

AINHOA: Se la han puesto en bandeja a Morlaye. Es que lo que ocurrió ayer...

NAYRA: Me vas a contar...

AINHOA: ¿De verdad pensabas que Leticia estaba en un ambiente moderado? El amor te cegaba.

NAYRA: Porque no me quiero creer que ella sea como el resto de sus compañeros.

AINHOA: Al menos, ella no ha provocado un derrame cerebral a un manifestante. Yo también estoy afectada, créeme.

NAYRA: ¿El tiparraco ese era así cuando estaba contigo?

AINHOA: No. Ni en broma.

Ainhoa acabó con el zumo de naranja con tan solo dos sorbos.

LeviatanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora