Leviatana

Capítulo 26: Elecciones Generales

⚠️ Algunas de las partes contienen escenas explícitas y/o sensibles ⚠️

No había centro educativo en toda España que, por lo menos, no tuviera una cola que rodease toda la manzana. En las puertas, el correspondiente personal de seguridad cacheaba a cada votante. Una vez que se entraba en el interior, un funcionario acompañaba a la gente hasta las cabinas. A pesar de que el proceso resultaba tedioso, el afán de terminar cuanto antes aligeró la espera.

NAHUEL: A esta hora del mediodía, de momento, no se ha registrado ningún incidente en los colegios. Según los datos del Ministerio de Interior, se ha registrado el 49'6% de participación. Un récord histórico. En comunidades como Madrid, Cataluña, Murcia y Canarias, este porcentaje rebasa el 50%. Hasta las ocho de la tarde, no sabremos los primeros resultados. Aun así, os recomiendo que no dejéis de escuchar. Cualquier acción puede ser noticia.

Julián llevaba desde la hora de la cena del día anterior en la cama. Ni intención tenía de apagar el teléfono. Tampoco, la luz del pasillo que ya empezaba a titilar. Solo su paladar reseco le tentaba a ponerse en pie y servirse un vaso de agua, pero sus desganados músculos le volvían a pegar al colchón.

En una terraza cercana al Retiro, Ainhoa, Sabrina y Desireé, después de haber votado, tomaban gustosas tres batidos de fresa, plátano y melocotón. Aun con la situación de relax, ese silencio que anegaba aceras y calzadas no invitaba al buen pensar. Todas aquellas paranoias se deshacían con una breve carcajada o dando más sorbos a la pajita metálica.

DESIREÉ: He visto que tenían pastel de arándanos.

AINHOA: Entra dentro y que te den tres trozos.

DESIREÉ: Cuatro. Ya que voy...

En cuanto Desireé se marchó, Ainhoa se acercó a Sabrina arrastrando la silla.

AINHOA: Mañana, te daré los diez mil euros. Ya está todo listo.

SABRINA: ¿Ya los han retenido?

AINHOA: Sí. Están en el bajo donde siempre se reúnen Johan y estos.

SABRINA: ¿Y cómo los van a llevar desde ahí hasta los coches?

AINHOA: En cajas de cartón. Luego, al maletero.

SABRINA: ¿Todavía no pueden ir a tu casa de campo?

AINHOA: Falta un retoque en la chimenea. Poca cosa. Me llegará un mensaje al móvil cuando esté terminada al cien por cien.

SABRINA: ¿Y si te pilla en la sede?

AINHOA: Pues voy de madrugada. Johan estará cerca.

SABRINA: Que nadie te pille, por favor.

AINHOA: Está todo pensado.

Desireé regresó a la mesa con un plato que tenía los cuatros trozos de la tarta de arándanos.

DESIREÉ: ¿Nerviosa, Ainhoa?

AINHOA: No quiero estarlo.

DESIREÉ: Pase lo que pase, irás al Congreso.

AINHOA: Se me va a hacer raro.

Sabrina, por debajo de la mesa, hacía temblar su rodilla. Ainhoa, para tranquilizarla, puso su mano en el muslo.

20:00. Valentina permanecía sentada en una camilla cubierta con tan solo una sábana de papel. En la consulta, un médico recortaba gasas y sacaba del botiquín un frasco de agua oxigenada.