Lidia empleó dos sprays de ClinkUp para bloquear el pasillo de la tercera planta por la mitad. Para comprobar la solidificación del cemento, esperó un minuto y dio un puñetazo a la improvisada pared. Sus nudillos rojizos daban la respuesta.
En la entrada del Tajamar, el conserje se dedicaba a separar a los alumnos y alumnas recién llegados. Lidia se acercó para comprobar que todo iba en orden.
LIDIA: Ya he dividido todos los pasillos y el patio. Me he gastado dinero, pero ha valido la pena.
CONSERJE: Reza para que a tu padre no se le caiga el pelo.
LIDIA: Él ha aceptado. Allá él.
Valentina y Minerva fueron las próximas en llegar a la entrada del instituto. En cuanto Lidia vio que ambas se encaminaban hacia el lado izquierdo de la pared de cemento, esta chistó y las frenó por los hombros.
VALENTINA: Tú no estás bien.
LIDIA: Es una situación de extrema necesidad. Minerva, tú vas al lado derecho.
VALENTINA: Ella viene con nosotras.
LIDIA: Va a ser solo una semana. La separación va en función del DNI, no de la ropa. No quiero ninguna escenita. Cada quién, a su lado.
Valentina separó su mano de la de Minerva.
VALENTINA: Tu puto padre se va a hartar de denuncias.
LIDIA: Es su problema.
VALENTINA: Hasta que por las denuncias dejen de darte caprichos, imbécil.
LIDIA: Venga, sube a clase, que toca Castellano.
VALENTINA: Ve con cuidao.
9:00. Valentina copiaba en la libreta la frase a analizar que la profesora anotó en la pizarra. Más de la cuenta tardó debido a que su mirada se desviaba a la nuca de Lidia. Para evitar la tentación de morderse el dedo corazón, retorció un papel que arrancó. Yrma, que estaba sentada a su lado, le ofreció un chicle de fresa para calmarse.
YRMA: A mí me funciona. Prueba.
VALENTINA: Hay un montón de sillas libres. ¿Por qué te has querío poner conmigo?
YRMA: Como he entrado junto a Soraya en clase, he pensado que lo mejor sería sentarme contigo y no sola. Ya que, al haber una silla libre, ella se pondría a mi lado.
VALENTINA: Te quiero comentar un tema. Me da mal rollo la fijación que tenéis con Minerva.
YRMA: Es desde el respeto. Te prometo que no es una cobaya humana. Ya sabes cómo es Marlon.
VALENTINA: Un desquiciao.
YRMA: Que, por desgracia, tiene razón. Deberías dejar los prejuicios y el odio hacia él y hacia mí.
VALENTINA: No es que te odie. Solo que no tengo na que ver contigo. Yo no soy una buena compañía.
Valentina se levantó para acudir al cubo de basura y sacar punta al lápiz. De regreso a su asiento, pasó por delante de la mesa de Soraya. Esta, en soledad, escribía desganada, con el brazo rozando el suelo.
VALENTINA: ¿Es por estar lejos de Adolfo?
Soraya siguió arrastrando el bolígrafo por la libreta.
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Leviatana
Ficção HistóricaQueda menos de un año para que España celebre nuevas elecciones generales; PSOE y PP rompieron su gran gobierno de coalición. Tres nuevos partidos políticos son los que encabezan las encuestas: Progresivas (izquierda), Unión Española (derecha), y Al...