El sol salía por Madrid y, con él, aquellas personas que obligatoriamente debían trabajar. Aunque el miedo seguía latente, la presencia de militares extranjeros y nacionales calmaba un poco los ánimos.
A la vera del Manzanares, Laia, camuflada como una ciudadana más, pasaba los minutos contemplando la oscilación del agua. Por los murmuros a sus espaldas, sabía que Yrma y Marlon ya habían madrugado. Demás Lumínicos cercanos a la zona se unieron al grupo que se conformaba.
MARLON: ¿De verdad has dormido aquí?
LAIA: Más bien, he cerrado los ojos a ratos.
MARLON: Como todos.
LAIA: Sí...
Faraday bajó desde la calzada hasta la zona de hierba. Enseguida, los Lumínicos le convirtieron en centro de atención, en especial, por su mano vendada. Laia se puso en pie y cruzó los brazos al verlo solo.
LAIA: ¿Qué tal?
Faraday agachó la cabeza y apretó los párpados. A la primera, Yrma comprendió la situación e imitó los gestos de tristeza de él.
LAIA: Lo siento mucho. Al menos, sirvió para que...
FARADAY: No.
Faraday tomó aire. Laia lanzó una risa nerviosa.
LAIA: No.
FARADAY: No.
LAIA: Dejaste tirada a tu hermana.
FARADAY: Ella mu... mu... murió antes de que huyera. No hables sin saber.
Laia asintió con apatía.
LAIA: Está bien que sigas con vida.
FARADAY: Cumpliré la siguiente misión.
LAIA: Yo voy a desayunar. Ya nos reuniremos sobre las nueve. No me sigáis.
La docena de Lumínicos se dispersó por las calles aledañas. Faraday se sentó en la orilla del Manzanares para tranquilizarse. Yrma frenó su trayectoria, dio media vuelta, se acercó a él y se colocó a su lado.
YRMA: Te entiendo más que nadie.
FARADAY: Voy a estar cada noche pensando que volverá.
YRMA: Entre tú y yo. ¿Tus motivaciones siguen siendo las mismas?
FARADAY: Aunque no lo fueran, no podría soportar el no haber cumplido la promesa con mi hermana. Ella supo valorarme sin apartarse con miedo.
YRMA: ¿Miedo a la reacción de tu familia?
FARADAY: No, miedo a mí. A lo que fui y lo que pude haber sido.
Yrma asintió sin comprender.
FARADAY: Ahora mismo, yo podría estar rodeado de esos terroristas barbudos. Pero Laura no se merecía que yo la pusiera en un punto de mira. Solo por ella, el resto de mujeres merecían la calma.
Yrma se alejó varios centímetros.
FARADAY: Eso es lo que pensaba, no lo que pienso ahora. Pero...
YRMA: Pero...
FARADAY: Siempre vienen pensamientos. Si por la causa he sido capaz de pulsar un botón junto a ti que mató a centenares de personas, ¿por qué no podría aprovechar una noche, abordar a una joven solitaria y violarla en un portal?
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Leviatana
Ficción históricaQueda menos de un año para que España celebre nuevas elecciones generales; PSOE y PP rompieron su gran gobierno de coalición. Tres nuevos partidos políticos son los que encabezan las encuestas: Progresivas (izquierda), Unión Española (derecha), y Al...