Capítulo 24: Fin de campaña

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Julián dormía en el sofá de casa. La madrugada se le hizo liviana gracias a los tres vasos vacíos que ocupaban la mesa. Su despertar fue brusco por culpa del agitamiento de llaves que Carlos hizo en la entrada.

CARLOS: ¿Sabes dónde está la chaqueta esa grande que me compré?

Julián se desperezó sin entusiasmo por abrir los ojos.

JULIÁN: En el fondo de mi armario. ¿A dónde vas tú?

CARLOS: Los de Bastión hemos pensado en irnos una temporada a vivir en el campo.

Julián desistió y dejó caer sus brazos.

JULIÁN: Vete ya.

CARLOS: Estoy bajando algunas cosas a la calle. Puedo quedarme hasta...

JULIÁN: Vete ya. Si lo primero que piensas es en dejarme solo después de que tu hermano haya muerto, vete... Ya.

CARLOS: No he terminado la frase. Quedarme hasta el funeral.

JULIÁN: No voy a gritar. No tengo voz. Vete ya.

CARLOS: Ya tenía planeada la marcha desde antes.

JULIÁN: V...

CARLOS: Pasaré a verte cada semana.

Julián, sentado en diagonal, miraba la línea que formaba el anís en el vaso. Necesitaba llenarse la boca de él, pero la sola idea de caminar le agobiaba.

7:30. Cinco segundos tardaba la cuchara en dar la vuelta al vaso de leche con miel. Amparo, mientras fregaba los platos de la noche anterior, escuchaba en ininterrumpido podcast de Nahuel.

NAHUEL: Precisamente, hoy, en Madrid, tendrá lugar el final de campaña de Progresivas y Unión Española. El número de policías se intensificará en dichos mítines con el fin de que, al menos, por una noche, la capital esté en paz. Por su parte, Alianza Omega retransmitirá un directo desde su sede a través de todas sus redes disponibles. Según afirma Navia del Mar, se tratarán los temas vitales de España en un tono distendido.

Amparo envolvió un bocadillo de jamón y queso, acudió al comedor y lo introdujo en la mochila de Soraya.

AMPARO: Puedo hablar con tus profesores para que hagan una excepción y te aplacen los exámenes.

SORAYA: Quedarme en casa es peor.

AMPARO: Para cualquier cosa, me llamas.

Amparo abrazó a su hija con la necesaria fuerza para no agobiarla. Soraya no reaccionó.

Tampoco lo hizo durante las tres primeras clases. En los respectivos exámenes de Matemáticas y Castellano, aun sabiendo la mayor parte de las respuestas, trazó caracteres indescifrables con una simple ojeada. Le consolaba ser incapaz de levantar la cabeza. Así, no sabría cuánta gente estaría pendiente de ella.

La única persona con la que tenía interés en hablar era Marlon. En el intermedio de la tercera hora, se acercó a él, adivinando su identidad con la voz.

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