Aún recuerdo cuando les escribía cartas a los reyes magos y les dejaba galletas y leche debajo del árbol de navidad.
Creo que soy de las pocas personas que en realidad creía que existían, en mi cabeza eran seres mágicos que de verdad me traían regalos, entonces alguna vez me quedaba despierta hasta tarde para esperar y ver si lo que me imaginaba era real, obviamente fallaba en el intento y a la mañana siguiente encontraba los regalos ya listos y eso lo hacía más real para mí.
En realidad, me esforzaba por portarme bien y decoraba mis cartas lo más bonito posible.
Es lindo recordar mi infancia, como se sentía trepar por los árboles, imaginar que eras un pirata, crear fuertes con sábanas y sillas, creer que estas en cualquier lugar en el mundo, como la India, pretender que eres un astronauta o un cantante famoso.
Cuando eres niño eres libre de creer y pensar en lo que quieras, no existen las preocupaciones, los raspones en las rodillas son tus únicos dolores, el llanto solo existe si no consigues tu dulce favorito.
Cuando te conviertes en adulto desearías que el dolor y el llanto fueran por las mismas razones de cuando eras niño.
Enero 05, 2021
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nobody thinks what you think, no one
Poetrysoy lo mejor que le pudo haber pasado a la tristeza