¿Hace cuanto no eres feliz?

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La vida que llevo hace que cada día el sufrimiento sea más grande, nuevas cosas, problemas, dificultades, etc. Me despierto cansada con el mismo dolor de siempre. Nadie sabe las veces que quise rendirme y ponerle fin a todo, pero quiero pensar que en algún momento encontraré el sentido a seguir viviendo.

Porque a veces se me olvida que me pueden ocurrir cosas buenas, no todo siempre es malo. Puedo llegar a ser tan olvidadiza que no soy capaz de apreciar las buenas personas que aún confían ciegamente en la felicidad que creen que aún tengo, aquellas personas con las que puedo confiar en salir a ver una película o comer un simple helado sin que juzguen mi manera de ser, como desaparecer por un largo tiempo y regresar a sus vidas como si nada hubiera pasado.

Pero estaría mintiendo si dijera que extraño ser feliz, porque ya me he acostumbrado a este tipo de tristeza que me rodea.

Claro, extraño los días en donde todo era más sencillo, echo de menos aquellas épocas de mi adolescencia que viví, ahora valoro cada minuto que de esos días; las personas que estaban a mi lado, los amigos que aún se sentían como amigos, ¿qué paso?

¿Era feliz en ese entonces?

Recordando mi pasado me pregunto si estoy perdiendo esa emoción, entonces llega esa sensación de sentir que tal vez tu mayor enemigo eres tú mismo. Entonces, ¿Por qué, a pesar de reconocer la tristeza que hay en mí, no me brindo más felicidad a cambio? ¿Por qué me cuesta tanto? ¿Será que me criaron midiendo mi felicidad a base de mis logros? ¿Será esa la razón por la que busco la perfección para recibir esa felicidad que aún no se me dar?

Hay ocasiones que me siento tan sola, tal vez si fuera alguien mejor, más valiente, más inteligente... todo sería mejor.

Recientemente, y para ser más exactos, el cinco de septiembre fue el cumpleaños de mi mejor amiga, o al menos yo aún la considero de esa forma, y fue un día en el que me dejo pensando sobre la forma en la que veo actualmente mí vida. No puedo dejar de pensar en la manera que mi amiga sonrió al verme llegar a su casa, o la sensación del abrazo que me dio, lleno de cariño y necesidad, ¿merezco esa felicidad después de no hablarle en meses?

¿Es tan malo mi presente? A pesar de los últimos años, me di cuenta que tiendo a escribir sobre las malas experiencias que tuve con mis antiguas amistades, no recuerdo la última vez que escribí sobre algo que me causara felicidad o que no me causara tristeza, melancolía o culpa, ¿seré auténticamente feliz algún día? Y si ese día nunca llegara, ¿eso significa que mi existencia nunca valió la pena?

Es curioso como mi pesimismo nubla mi razón haciéndome odiar la idea de que merezco un poco de felicidad, pero espero que lleguen días felices, tal vez no busco la felicidad como tal, creo que en este punto es imposible, pero lo mínimo que espero es buscar calma, tranquilidad y descanso de mi ruido mental cotidiano.

Septiembre 07, 2020

nobody thinks what you think, no oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora