Hoy ha caído en un viernes 13.
Una fecha que para muchos es de mala suerte y no los culpo, a veces creo que si existe una posibilidad de que sea verdad, pero prefiero creer que eso no existe.
Mi mentalidad conforme a mi edad no ha cambiado en el último año.
Aún me da ansiedad cuando pienso en la edad que cumplo.
Y es que 21 años no es una cifra que me alegré tener a día de hoy.
Pero lo que si cambio es mi manera de festejar mi cumpleaños.
Por fin logré que fuera como un día cualquiera y de eso les vengo a contar.
Para empezar, ya se me hizo costumbre llorar el día de mi cumpleaños, no es algo que me alegra decir, ojalá llegue el día en que deje de hacerlo, pero así empezó mi día, llorando.
Poco después mi mamá me canto el feliz cumpleaños y me dio un beso en la mejilla, ella dijo que me quería mucho y se fue de mi habitación.
Recibí felicitaciones por medio de la radio, no fue una sensación bonita, fue incómoda pero aun así agradecí a las personas que lo hicieron.
Mi papá no me dijo nada cuando fui al baño y me alegré que al menos alguien actuará de manera normal, como todos los días.
Mi plan inicial del día de mi cumpleaños era estar en mi cama todo el día, ya sea durmiendo, viendo la televisión, llorando o escribiendo, ya que mis padres trabajarían hasta muy noche, pero se vieron interrumpidos por mi hermana mayor.
Ella llegó cuando mis padres se fueron a trabajar, al principio me molestó, pero no fue así todo el tiempo, ella me dejó no hacer nada y me compro un café.
La mayor parte del día fue como cualquier otro día.
Amigos y familiares me felicitaron por mensajes de texto, yo usualmente no utilizo mucho mis redes sociales, pero tuve que responderles porque luego recibo quejas de que no respondo nada.
Todo fue normal, hasta que llegó la noche, llegaron mis papás, llegó mi hermana sándwich, mi cuñado me compro un pastel y me cantaron feliz cumpleaños.
No recibí regalos y no es algo que me molesté, de hecho, me cuesta pensar que me regalen algo, pero mis sobrinos me hicieron un par de dibujos y eso sí que hizo realmente feliz.
No obtuve mi comida favorita hoy a pesar que mi madre me pregunto que me apetecía comer, pero en realidad no me importó.
Finalmente, cuando todos se fueron, mi papá me dio un abrazo y me dijo que me quería mucho.
Y eso fue todo.
El día de hoy fue mejor de lo que pensé.
Usualmente el día de mi cumpleaños es un día nublado y frío.
Extrañamente hoy fue un día soleado. Y a mí no me gustan los días soleados.
21 años.
¿En qué momento sucedió eso?
Qué triste.
Noviembre 14, 2020
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nobody thinks what you think, no one
Poetrysoy lo mejor que le pudo haber pasado a la tristeza