Martes 3 de julio 11:20 p.m.: Estaba intentando dormir con lágrimas en mis ojos con mi mamá a mi lado descansando cuando de repente entro una llamada en el teléfono de la casa, me limpie mis lágrimas rápidamente y mi mamá se despertó apenas escucho el primer tono, era mi papá él se había quedado en el hospital, en ese momento recibí una noticia que no esperas recibir ni a las 11 de la noche ni nunca.
"Tenemos que prepararnos para lo que viene, van a desconectar a mi papá, a tu abuelito", sentí un vació doloroso en el pecho, contuve las lágrimas y le pase a mi mamá el teléfono.
Ella dijo algo de traer los abrigos mientras ella llamaba a mis tíos mientras yo aún seguía sin creer. El abuelo ¿seguía con vida?
Martes 11:40 p.m.: Llegamos a la sala de urgencias, mi tío, el hermano mayor de mi papá nos llevó, había pocas personas sentadas, otras cuantas, afuera fumando, porque ve a saber cómo de rotos también estaban.
Nunca me gustaron los hospitales, siempre me traen recuerdos malos.
Entre, mi papá estaba sentado, tenía los ojos rojos, yo solo quería abrazarlo y decirle que llorara, pero lo conocía y sabía que no lo haría.
Miércoles 4 de julio 1:00 a.m.: Esperando la señal del doctor, la familia llegaba poco a poco, aunque solo los más cercanos al abuelo estaban presentes. Salió el doctor, "pueden pasar a despedirse, son sus últimos minutos" la mayoría entro, incluso mi mamá, pero otra parte salió fuera de la sala incluyendo a mi papá.
Yo me quedé sentada en esas frías e incomodas sillas, aún no estaba preparada. Solo pasaron tres minutos y mi mamá salió llorando abrazada a una camiseta del abuelo, inmediatamente me levante y la abracé, se separó y me miro con ganas de que le quitara ese dolor, "se despidió de nosotros, de tu papá, de tus hermanas, de ti..." dijo mientras rompía en llanto.
Y dios... como, ¿Cómo se supone que escuche eso sin llorar?
Miércoles 1:10 a.m.: Todos salieron con los ojos rojos de tanto llorar, solo faltábamos dos de mis primos, mi papá y yo. Entramos todos juntos, yo me detuve un momento en el pasillo, mi papá hizo lo mismo, esperamos que salieran todos y entramos. Mi papá fue el primero yo después de él, lloro, le tomo la mano y le dio un beso en su frente y se separó.
Me acerque, la maquina indicaba que su pulso era débil y que en cualquier momento dejaría esta vida. Llore, mi papá me puso su mano en mi hombro, sabía que estaba conmigo y yo con él.
Me acerqué a mi abuelo, "le pedí a las estrellas que te cuiden por mí" dije y le di un beso en su frente. Lo miré una última vez y salí.
Todos estaban afuera intentando que sus lágrimas se secaran con el viento frío de la 1 de la mañana. Yo seguía sin creer lo que estaba pasando.
Mientras todos estábamos con el corazón hecho pedazos las horas pasaron y nadie se dio cuenta, porque nadie estaba en este mundo. Estábamos con él, creo.
Miércoles 4:10 a.m.: Esperando a la funeraria para que llegara con el cuerpo de mi abuelo a su casa. Nadie debería de esperar un miércoles para ver a su abuelo muerto, nadie debería de esperarlo nunca.
Los encargados de prepararlo llegaron y le pusieron su ropa favorita, escogida por mi papá, y también su reloj de mano que nunca se quitaba.
Estaba llorando otra vez, todos tenían los ojos rojos de tanto llorar porque finalmente el abuelo había muerto, el abuelo estaba muerto.
¿Qué posibilidad hay para que se despierte? Ninguna.
Miércoles 5:00 a.m.: Mi papá me pidió ir a la casa y dormir. Mis ojeras estaban muy pronunciadas ya que no había podido dormir bien anteriormente. Le hice caso, pero solo pude hacerlo una hora.
Regrese con mis papás, les ayudaría a pasar por todo esto. Lo haríamos juntos.
Después de unos cuantos regaños de mi mamá y mi papá diciendo si había tomado mis pastillas, empezamos con los preparativos para velar a mi abuelo.
Miércoles 7:00 p.m.: Gritando mentalmente al cielo para despertar de este sueño del que aún no logro hacerlo. Había mucha gente, demasiada.
El abuelo se fue y nadie puede hacer nada, solo quedaba mirar con los ojos rojos de tantísimo llorar lo que estaba pasando alrededor y sentir como tu corazón roto se destrozaba más.
Un "lo siento" o "estamos con ustedes" eran acompañados de un abrazo diferente de la gente que lo conocía. Pero entre tanta gente encontré a una cara conocida, mi amiga, apenas la vi y la abracé, necesitaba llorar y necesitaba que nadie me diera palabras de consuelo, ella se quedó callada acariciando mi cabello mientras yo lloraba en su hombro, me entendía tan bien.
"Gracias Andy por todo" dije, ella se separó y limpio mis lágrimas. Quería más personas así en ese momento.
Porque nadie debería de sentir esto que estoy sintiendo.
Jueves 5 de julio 1:00 p.m.: Esperando a decirle el último adiós al abuelo, nadie debería de decirle adiós a su abuelo, nadie debería decírselo nunca.
El abuelo estaba siendo enterrado para siempre, el abuelo finalmente se fue y ya nunca va a regresar.
¿Qué posibilidad hay de que vuelva a ser feliz? Ninguna, creo.
Julio 15, 2018
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nobody thinks what you think, no one
Poetrysoy lo mejor que le pudo haber pasado a la tristeza