La naturaleza repetitiva de la vida cotidiana

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Existe una canción que dice; "yo no olvido al año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas" y recuerdo que siempre el 31 de diciembre a las 11:55 p.m. la escuchaba de niña rodeada de toda la familia de mi mamá y cuando daban las 12:00 a.m. del 1 de enero todos nos abrazábamos y nos deseábamos lo mejor, después encendíamos una fogata y los niños jugábamos alrededor de ella y los adultos convivían sentados cerca, y bueno, es lindo recordar esos tiempos ya que el día de hoy ya nada es como antes.

Era una tradición pasar el año nuevo con la familia de mi mamá, ya que igual era el cumpleaños de su papá, pero empiezo a creer que este año no dejo cosas tan buenas.

El año para mi familia y para mi empezó bien, los primeros meses estábamos ansiosos por la llegada de mi cuarto 4 sobrino, recuerdo que estaba emocionada por ya tenerlo en mis brazos, y aunque el embarazo de mi hermana no fue fácil, ella lo logro, mi sobrino fue lo mejor que me paso este año, lo quiero muchísimo.

Después de eso llego la cuarentena, fue una de las peores noticias, las pérdidas de trabajo y el quedarte encerrado en tu casa fueron las razones para que tuviera ataques de ansiedad y episodios de depresión.

Cuando llego el mes de julio paso el aniversario de muerte de mi abuelo paterno, la gente del lugar donde vivo empezó a morir y el también falleció el papá de mí mamá, fue una noticia dura para ella y para los pocos que les importaba, a mí no me importo sinceramente, pero unas semanas después falleció la hija pequeña de uno de mis primos ella solo tenía 7 años y lucho contra el cáncer desde que nació así que nada iba bien en nuestras vidas.

Los siguientes meses hubo pérdidas de gente conocida. Los cumpleaños se estropearon. Las reuniones familiares también.

Pero el mes de diciembre parecía esperanzador, yo hubiera deseado que fuera así. Desafortunadamente el 19 de diciembre falleció mi tía María, la hermana mayor de mi papá y eso fue lo que nos rompió a todos. A día de hoy mi familia y yo no podemos asimilar que nuestros seres queridos ya no están aquí, cuesta comprender lo rápido que se fueron.

Así que la lección aprendida de este año fue que nadie estará contigo siempre. Debemos de aprender a valorar el tiempo que pasamos con las personas que más queremos ya que nunca sabrás cuando será el ultimo abrazo, o el ultimo te quiero que digas.

Este 31 de diciembre del 2020 la pasamos en la casa de la hermana de mi mamá y para mí fue tan triste pensar en cómo lo celebrábamos antes, por eso aprendí que debo valorar los momentos que pasamos, porque algún día se convertirán en buenos recuerdos.

Y reflexionando todo lo que me propuse para este año 2021 me prometí tratar de convivir más con mis tíos y tías, salir más de casa y disfrutar de lo que esta allá afuera, porque al fin y al cabo "yo no olvido al año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas" y en mi caso este año 2020 me ha dejado buenas lecciones de vida.

Diciembre 31, 2020

nobody thinks what you think, no oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora