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Dormir con Travis era de otro mundo. En cuanto me tumbé a su lado, no tardó en apoyarse en mi pecho, y no me atreví a quejarme además de que me sentía de lo más cómoda notando como sus manos se enterraban en la cintura.

—Cloe vamos —oí al otro lado.

Era Dean. Llevaba una camisa y podía ver sus brazos por que la llevaba remangada, además de un pantalón de traje.

Relamí mis labios mientras le seguía repasando de pies a cabeza. Sabía que él estaba atento a mis movimientos así que sonreí cínicamente, antes de apartar con cuidado a Travis y caminar por la habitación hasta el armario. Donde con toda la tranquilidad del mundo me quité la camiseta quedando en ropa interior y empezar a buscar lo que me iba poner para ir a la universidad.

Me giré para sonreírle y salí de la habitación encontrándome de cara con Nick que me miró con la boca abierta.

—Nena —le sonreí abiertamente y me dirigí al baño.

Dios, iba sin sujetador, y me habían visto los tres, porque el maldito moreno estaba despierto recostado y mirándome con lujuria.

Me duché sin pensar en ellos, no quería acabar como ayer, así que fue rápido.

Me miré en el espejo, llevaba un jersey con cuello alto evitando que los chupetones se vieran.

Me hice una coleta rápida y fui hasta la cocina, Travis ya se había ido, pero Dean y Nick estaban mirándome impacientes.

Yo estaba impaciente, pero hecha un matojo de nervios, Dios, en qué momento se me ocurrió hacer todo eso.

Sentí la respiración de Dean en mi oreja y su mano cogiendo el cuello del jersey.

—Se ve mejor sin esto —dijo y sentí un leve mordisco en el lóbulo haciéndome saltar.

—Yo creo que se ve mejor desnuda, pero no podemos tenerla así y menos sin Travis —Nick también se acercó a mi otra oreja.

Mierda, me estaban calentando.

—Nos provoca —siguió diciendo Dean.

Dios mío, ellos si me provocan.

—Dean —Jadeé cuando sentí su mano adentrarse en mi jersey y dirigirse a mi pecho.

—Cloe —apretó uno de mis pechos y se separó de mi completamente igual que el castaño.

Mierda, estaba jodidamente húmeda.

Cogí la mochila verde menta, y bajé, ni si quiera bajé por el ascensor. Debía huir de allí o me lanzaría y no quería hacerlo.

Esperé a Landon, que, como siempre, vino tarde. Ambos nos dirigimos a la universidad, aunque él estudiaba negocios por la empresa de su padre.

Me despedí de Landon quedando en vernos a la hora de comer, y me fui hacia las clases. La universidad era un edificio de piedra, viejo, aunque por dentro estaba completamente nuevo. En el camino me crucé con Sean.

Era un compañero con el que me llevaba realmente bien y pasar tiempo con él era divertido, y bueno, era alguien que siempre estaba disponible para acostarse conmigo.

—Cloe —me saludó con un beso en la mejilla y no tardó en pasar el brazo por mis hombros —Llevo tres días sin saber de ti.

—Lo sé, la mudanza y esas cosas —Sean asintió, pero no dijo nada, no debía, únicamente teníamos sexo ocasional.

—Podrías venirte después de clase —me susurró entrando en clase.

Sería buena idea, no pensar en ellos, no compartir aire con ellos, sí definitivamente, necesitaba un respiro. Asentí antes de sentarnos.

CloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora