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Los siguientes cuatro días fueron una pena continua, discutíamos por cualquier cosa, todos estábamos tensos, ese coche no era en el que iba Ryle.
No la encontrábamos, y ya habían pasado más de tres días, por lo que estábamos todos a la espera de los detectives de Nick.
Sean me pasaba lo que hacían en la universidad, Dean se pasaba el día en la oficina y Travis enfadado y su forma de relajarse era discutir, así que yo me ofrecía, porque si discutía con él terminaba llorando en la ducha, y esa era la única manera en la que podía no pensar en todo lo que estaba pasando.
Nick se encerraba en la habitación para hacer llamadas y no salía ni a comer, por lo que era yo la que le llevaba la comida.
El quinto día recibimos una llamada de un numero desconocido, en el cual, Nick intentó rastrar, y aunque supimos que estaba en Brooklyn, no podíamos saber la zona.
Las patrullas, se dedicaron a ir allí, y mientras seguían intentando localizar.
—Nick come.
Él me miró y luego miró el sándwich que había hecho de cena.
—Tu tampoco has cenado.
—Si he cenado.
Era mentira.
Nick me cogió la mano y me acercó a él.
—Escúchame Cloe, estas centrada en que los tres estemos bien, discutes con Travis, y lloras en el baño durante horas, porque no quieres preocuparnos, no comes, poque te dedicas a buscarnos y obligarnos a comer a nosotros, pero tú no te estas cuidando, estoy haciendo lo imposible por buscar a Ryle, pero no quiero que tu enfermes en el camino.
Noté como limpio una lagrima que había caído por mi mejilla.
Cogió el sándwich y lo parió en dos y me tendió una mitad, se sentó junto a mí en la cama, y me beso, el cuello mientras yo me comía la cena.
—Encuéntrala por favor.
Él me abrazó y se tumbó junto a mí, cuando cerré los ojos me quedé dormida en sus brazos, y sentí paz al saber que él estaba conmigo.
Cuando desperté le vi, concentrado en su ordenador, me di cuenta de lo poco que había descansado estos cinco días.
—¿Tienes algo?
—Hemos recibido una llamada hace una hora, sabemos la calle en la que están, Dean y Travis están allí.
—Vamos por favor.
Él agarró mi mano y me montó en el coche mientras Jeff conducía.
Cuando llegamos, pude ver a todas las patrullas rodeando un edificio a medio construir.
No tardaron en entrar, oímos unos tiros, y a cada cual yo me aferraba más a Nick, que seguía abrazándome cuando vi a un segundo grupo de policías entrar.
Sacaron unos cuerpos, pude ver a Hope, de su pierna salía sangre, y a su novio, pero este salía tumbado y con mucha sangre rodeándole, aparté la vista, hasta que oí a los policías pedir una ambulancia urgente.
Ryle estaba con los ojos cerrados en brazos de un policía, dos médicos la cogieron y Dean se metió con ella en la ambulancia.
Entre Travis y Nick me llevaron al coche, donde yo iba entre ambos, agarrando sus manos, estaba nerviosa.
En el hospital, no nos dejaron pasar, tuvimos que esperar junto a Dean que no paraba de subir y bajar su pierna.
Mi vista estaba concentrado en la pierna del rizoso, ni si quiera oía a mi alrededor,
Cuando vi a Dean levantarse miré al médico que miraba Travis explicándole la situación.
Oí desnutrición, y vía intravenosa y supe que podíamos pasar a verla, así que no hablé con ninguno, y me escabullí entre los pasillos, hasta una habitación infantil.
Ryle estaba tumbada con sus preciosos ojos cerrados.
Me senté en uno de los sillones que había y cogí el informe médico.
—Eso es delito.
Vi a Travis quitármelo y leerlo él.
—Has venido a leerlo, así que no me digas nada.
—Hope va a ir a prisión por secuestro a un menor, y tal vez consiga pruebas de daño psicológicos para que la encierren más de veinte años.
Suspiré.
—Su novio a muerto de camino al hospital por lo que ahora mismo todas las culpas caerán sobre ella, y más teniendo la prueba de lo que nos dijo en el juzgado.
—Ha sido una pesadilla.
Asintió y se sentó a mi lado. Nick y Dean no tardaron en entrar, que después de mirarnos unos segundos, concentraron la vista en Ryle.
Tardó cinco días en despertarse, todo en su cuerpo estaba bien gracias a Dios. Pero necesitábamos un psicólogo.
Así que poco a poco, durante las siguientes semanas, fuimos tranquilizándola, y ella se fue abriendo al psicólogo, por las noches tenía sueños en los que terminaba gritando, y cuando nos veía a Dean y a mí, se tranquilizaba, pero empezaba a llorar y pedir perdón por despertarnos.
No podía entrar en el baño ella sola o no se terminaba la comida, porque decía que era mucho.
La cuidamos sin despegarnos de ella durante dos semanas, y mientras tanto, el psicólogo iba haciendo progresos.
La cambiamos de colegio y poco a poco empezó a ir mejor.
—Mami.
Ryle corrió hasta mí con un regalo en la mano.
—¿Crees que le va a gustar?
Asentí, quería regalarle a una compañera un dibujo en el que aparecía la casa de Navidad, ella, y Ryle.
—¿Quieres que me quede un rato?
Negó.
—Cuando estoy con Stacy, no tengo miedo.
La sonreí y la cogí en brazos, dándole besos en las mejillas.
Los chicos y yo la dejamos en la casa de su amiga, y nos fuimos hacia la casa que Dean y Nick estaban construyendo a Harriet y Sean, era una sorpresa, y aprovechando que Ryle no estaría toda la semana fuera, queríamos disfrutar un poco de nosotros mismos.
—Gracias por todo lo que has hecho.
Dean me besó.
—Yo te quiero pedir perdón por todas las veces que te he gritado.
Travis no me pude besar, él estaba en el asiento del copiloto.
—Hoy te besaré, por todo el cuerpo.
—Te queremos Cloe.
Nick me giró la cara y me besó, mientras me desabrochaba el cinturón.
—¿Quién te ha dicho que te pongas falda?
—Travis.
Él sonrió y bajó las medias que tenía mientras yo le desabrochaba el pantalón.
No nos importó que estuvieran al lado, y Jeff como siempre llevaba unos pinganillos, por los que escuchaba música o se comunicaba con el equipo de vigilancia que protegía a Kyle.
Aldara. G
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Cloe
RomanceDulogía Ellas I; son libros independientes, distintas épocas y con distintos personajes, pero ambos son relacionados con la poligamia. Acostarse con tres hombres el día de tu cumpleaños y luego huir suena lógico, pero que pasaría se dos años despué...